A Pablo Iglesias su chulería puede salirle muy cara

A Pablo Iglesias su chulería puede salirle muy cara

Suele ser habitual que cuando los tribunales no le dan la razón a Pablo Iglesias este responda arremetiendo contra la Justicia. El que fuera vicepresidente del Gobierno salió trasquilado del caso Dina-Iglesias, porque el juez García-Castellón le investigó por hasta tres delitos después de reparar que su denuncia había sido fake y que, en realidad, el que tenía el teléfono de su asesora y presuntamente pudo cometer un delito informático fue él.

Luego, el juez investigó a Podemos por financiación ilegal y a Iglesias le salió el tic totalitario que lleva dentro para acusar al magistrado de prevaricación. Iglesias aprovechó la presentación de su libro Verdades a la cara. Recuerdos de los años salvajes -hace falta ser cursi- para arremeter, sin aportar prueba alguna, contra García-Castellón. «Me lo dijo un amigo juez que es evidente que lo de García-Castellón es prevaricación. Me explicaba también que jamás le condenarán por prevaricar, por razones obvias, pero que su actuación en el caso del teléfono de Dina ha generado un nivel de escándalo notable entre sus colegas», dijo Iglesias en un ejercicio supremo de cobardía.

Pues bien, aquella declaración y otras posteriores puede salirle muy cara. Y es que Iglesias, fiel al estilo que le caracteriza, para desprestigiar al juez dijo también que «ayer me llamó una persona que me dijo que acababa de tener una conversación con un periodista. Me dio el nombre del periodista, pero no lo voy a revelar, que es amigo del juez García-Castellón. Este periodista, sin saber que esta persona me podía contar a mí esto, le contó una conversación personal con el magistrado. En la misma aseguraba que el juez le dijo: voy a por Pablo Iglesias y voy a acabar con él. Este periodista transmitía que había una excitación y alegría por parte de García-Castellón».

Como se observará este tipo siempre se ampara en supuestos amigos que supuestamente le dicen no se sabe qué, pero jamás concreta nada ni aporta nada. Por todo eso, por sus gravísimas acusaciones contra el juez García-Castellón, tendrá que responder ante la justicia. Se le acumulan las causas al vanidoso totalitario que siempre sale trasquilado.

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