Esas mascotas tan humanas

Actualmente, La 1 de Televisión Española viene ofreciendo, a las 23:00 horas de los martes, un curioso programa, Dog House, presentado, con mucho acierto, por la deliciosa Chenoa. Está dedicado, con todo el respeto que se merecen, a aquellos que quieren adoptar una de esas mascotas abandonadas, tan humanas, que son los perros para que sea el mejor compañero de su vida. Aunque el programa es mucho más que eso: «Algo nuevo, algo educativo, algo emocional, algo divertido».
Tal vez a algunos espectadores no les guste lo que siempre digo «prefiero un perro a un niño». Pero si me leen, lo entenderán. Posiblemente porque yo no he tenido mucha suerte: la única hija que he tenido desapareció de mi vida, no porque Dios quisiera, sino a causa de las drogas, produciéndome una herida que ni el paso de los años logra cicatrizar.
Cuando padres con hijos pequeños se cruzan en la calle conmigo, algunos o algunas suelen decirme: «¡Ay!, señor Peñafiel, cuántas veces nos acordamos de lo que dice…». Porque estos son «el mejor amigo del hombre», que dijo el abogado y senador por Missouri, George Graham Vest, en el juicio contra Leonidas Hornsby, que había asesinado a Old Drum, el precioso galgo de su vecino Charles Burden.
Me van a permitir recordar algunas de las palabras del abogado y senador en el juicio que creó jurisprudencia contra el maltrato de los animales en los Estados Unidos, nada menos que en el año… ¡¡¡1870!!!: «El único, absoluto y mejor amigo que puede tener el hombre en este mundo egoísta, el único que no le va a traicionar o negar es su perro… Y cuando el amo muere y el cuerpo es enterrado bajo la fría tierra, allí, junto a la tumba, se queda su perro, la cabeza entre sus patas, los ojos tristes pero abiertos y alerta más allá de la muerte. Porque no lo olviden, ese perro era el mejor amigo de ese hombre».
En la sala se produjo un profundo silencio y algunos, incluso, se echaron a llorar. El asesino que había matado a Old Drum fue condenado a pagar… 550 dólares de aquella lejana época.
Y a lo que el abogado Graham West se refirió sobre la reacción de un perro cuando su amo muere, se produjo exactamente así 150 años después, cuando falleció el presidente de los Estados Unidos, George H. W. Bush. La actitud de su perro Sully, el único acompañante desde que falleciera su esposa Barbara, emocionó hasta las lágrimas al verle con la cabeza entre sus patas y los ojos muy tristes, bajo la cúpula del Capitolio donde se había colocado el túmulo con el féretro del presidente.
Nunca olvidaré a Odín
Personalmente fui testigo, el 15 de abril de 2003, de un hecho insólito que difícilmente olvidaré. Sucedió el día del entierro de Rainiero, el príncipe soberano de Mónaco, fallecido a la edad de 81 años, después de 56 de reinado.
Al entierro, por las calles de Montecarlo en dirección a la catedral, tras el féretro, colocado en un armón de artillería, caminaba con la cabeza gacha y una visible tristeza Odín, un ejemplar de Grifon korthals de 12 años, más de media vida de un hombre. Fue un regalo del Consejo de la Corona, en el cincuenta aniversario de su reinado.
Me contaron que era tal la relación entre el soberano y su perro que, durante los días que había permanecido en la clínica de Montecarlo, donde fallecería, Odín se los había pasado olisqueando por las habitaciones de su amo al tiempo que se le oía llorar. Viéndole caminar tras el féretro por las calles del principado, uno no podía dejar de emocionarse ante aquel ejemplo de fidelidad incondicional. No exagero si les digo que Odín impresionaba y emocionaba mucho más que Alberto, Carolina y Estefanía, los tres hijos de Rainiero.
Los perros de la Familia Real española
Como ya me he referido en alguna ocasión, la Familia Real española es gran amante de los perros. Hace unos años, cada uno de sus miembros tenía el suyo y de razas diferentes: Felipe a Balú, un Terrier, y mas tarde al pobre Puskin, un Schnauzer; su hermana Elena, un Golden retriever, Bruja; y Cristina, un Teckel llamado Gringo.
El Rey Juan Carlos es quien más perros tenía, aunque, sobre todo, sentía pasión por los Golden. Incluso tuvo un criadero de esta raza durante veinticinco años. Los solía regalar a sus amigos, entre ellos al embajador Chencho Arias, que se lo llevó a Nueva York cuando era representante español ante la ONU. Del criadero se encargaba un empleado del Banco de España, que solía escamotear algún que otro cachorro de las camadas para venderlo. Yo le compré, creo que por 200.000 pesetas, un cachorro de Golden.
Pero ningún miembro de la Familia Real amaba tanto a su mascota como el entonces príncipe Felipe, con su pequeño Schanauzer, bautizado con el nombre de Puskin. El perrito formaba parte de su vida. Lo amaba tanto que, cuando la Reina decidió visitar a su hijo en la época en la que éste estudiaba en Washington, en 1993, le pidió le llevara a Puskin. Pero cuando en 2004 contrae matrimonio, el perro acabó de patitas en el jardín. Felipe lo pasó muy mal, pero, para evitar mayores problemas, aceptó lo que la consorte había decidido. Sorprendió muchísimo cuando el día que la infanta Sofía se iba a estudiar a Gales, apareció de repente un labrador negro del que se despidió cariñosamente y casi llorando. Su nombre: Jan.
Chsss…
Syliane se anticipa a Laurence Debray y, por supuesto, a Carlos Herrera reeditando la «única» biografía autorizada del rey Juan Carlos, que su exmarido José Luis de Vilallonga escribió en… ¡1993! ¡Y van ya…!
Los problemas económicos del Rey Juan Carlos (sí, el Rey) comenzaron cuando su hijo Felipe le retiró su asignación oficial.
Con tal motivo, se dedicó a pedir préstamos a empresarios y amigos de confianza que ha devuelto hoy. Palabra de rey.
Según las últimas estadísticas, ya hay más mascotas que niños en Madrid y Cataluña.
¿Será por aquello de que es mejor un perro que un niño? Tampoco es eso.
¿Saben ustedes que el nombre del velero de Felipe es el de su madre pero al revés?
Vivían en una casa de 650 metros que no está nada mal. Pero ahora se han mudado a una mansión con treinta habitaciones.
Una periodista surcoreana hace dos años dejó su trabajo para viajar a España y recorrer el camino de Santiago.
Cuando regresó a su país, en la isla de Jeju, la más grande de Corea, decidió replicar el Camino con un total de 437 kilómetros.
Antonio y Rafael, Los del Río, triunfan nada menos que en Maastricht donde todo el mundo acudió a su concierto cantando y bailando Macarena.
No se lo pierdan: en una ocasión, exactamente en las Navidades de hace ya muchos años, en Nueva York, concretamente en Rockefeller Center, convertido en una pista de patinaje para las fiestas, los patinadores se deslizaban al ritmo de ¿música clásica?, ¿música rockera?, ¿villancicos? ¡que va! de… ¡Macarena! Testigo de ello fui.
Donald Trump ha recibido una indemnización de 16 millones de dólares, por haber ganado una demanda que interpuso al programa 60 minutos de la CBS.
¿Se animará «el puto amo» a seguir su ejemplo?
Me ha sorprendido mi tocayo que, a sus 51 años, se ha casado con Miguel, de 38, después de 10 años conviviendo como pareja. Desde aquí mi felicitación.