La improvisación cuesta vidas

La improvisación cuesta vidas

Sobrepasado en su impericia y ahogado por su incapacidad para gestionar que los medios sanitarios -mascarillas, guantes, test de coronavirus- lleguen a las Comunidades Autónomas para evitar los contagios y combatir el virus, el Ejecutivo ha decidido ahora, después de que el 10 de marzo acordara e impusiera la centralización de todas las compras por decreto, permitir que los Gobiernos autonómicos puedan gestionar las compras. Con más de 1.000 muertos, el Ministerio de Sanidad, en una demostración supina de impotencia, admite que su papel de liderazgo no ha funcionado y descarga todo el peso de la gestión de las compras en las mismas Autonomías a las que hace diez días les quitó el control.

El Gobierno aprobó el pasado martes el Real Decreto por el que se modifica la ley de Salud Pública. El resultado fue la compra centralizada de productos sanitarios, una medida que se ha demostrado catastrófica hasta el punto de que el Departamento que dirige Salvador Illa -menudo papelón el suyo- ha autorizado ahora que los proveedores con capacidad y autorización para importar ese material de protección frente al coronavirus puedan recibir órdenes de las Comunidades Autónomas. Se ha perdido un tiempo precioso, porque los proveedores sanitarios han estado con las manos atadas. O sea, que estaban con capacidad de hacer efectivos los suministros, pero el Gobierno socialcomunista no estaba registrando todas las órdenes de compra necesarias pese a poder hacerlo.

Han tenido que ser los médicos, enfermeros, celadores, policías, guardias civiles y demás actores principales frente al coronavirus los que, a base de denunciar públicamente la falta alarmante de material sanitario de primera necesidad, han obligado al Gobierno a rectificar. Lo malo es que los días perdidos no podrán recuperarse. Ni las vidas de muchos. La falta de rigor del Ejecutivo en el manejo de una crisis que no admite improvisaciones ha provocado un daño evidente. Ahora, el Ministerio de Sanidad, sobrepasado, le pasa la patata caliente a las Autonomías. Impotencia y negligencia a raudales.

Lo último en Opinión

Últimas noticias