Hay que ser Cabezón para no darse cuenta de que lo de los «bulos» ya no cuela

Si la única manera que ha encontrado el PSOE para tratar de zafarse del alud de corrupción que ha sepultado al partido es instruir a los afiliados contra los «bulos» que se propagan a través de «pseudomedios» para «atacar al Gobierno de Pedro Sánchez», es que vive en una realidad paralela y ya no sabe por dónde sopla el viento. El remedio para zafarse de la mugre es el «activismo digital como forma de militancia».
Borja Cabezón, dirigente socialista muy cercano a Sánchez y secretario de Acción Democrática y Transparencia del partido y uno de los cuatro elegidos por el líder socialista para hacerse cargo del aparato del PSOE tras la dimisión de Santos Cerdán, es el encargado de impartir charlas en distintos territorios para trasladar a la militancia local la preocupación del PSOE por la «desinformación» en las «democracias occidentales». «Los bulos están empobreciendo la democracia española», aseveró en una reciente charla en Ceuta.
El dirigente socialista señaló directamente a Partido Popular y Vox como principales responsables de la «desinformación completa y constante», así como a «todos los movimientos que orbitan a su alrededor», enmarcándolas en «fuerzas políticas reaccionarias que utilizan la desinformación como arma política», al igual que ocurre en otros países europeos o EEUU. O sea, que de la corrupción que sepulta al PSOE tienen la culpa las «fuerzas reaccionarias».
Caramba, Cabezón, qué hondura intelectual, cuánta profundidad de análisis. El dirigente socialista reveló que el PSOE está organizando una estrategia interna para combatir la desinformación y reforzar su presencia institucional.» Dice Cabezón que «la desinformación y los bulos han ido in crescendo. Es una táctica de una conformación mediática ultraderechista a nivel mundial que ha ido permeando en las sociedades occidentales y que en España estamos sufriendo».
Pues si es así cómo el PSOE pretende trasladar confianza a sus votantes va a necesitar a más de un Cabezón para que el mensaje cale en las cabezas de sus militantes.