¡Estado fallido!
«El precio de desentenderse de la política es ser gobernado por los peores hombres». Platón
Os doy mi palabra de que no soy capaz de expresar con palabras públicamente el dolor que siento, cómo me siento, lo que he visto, lo que jamás mis ojos olvidarán. Hoy más que nunca siento profundo orgullo y respeto hacia esta gran nación y más odio si cabe hacia el Estado, conocéis de sobra mi tendencia ideológica hacia el libertarismo, hoy se afianza.
Esta escandalosa obsesión por parte del Gobierno por permanecer en el poder es tan repugnante, tan inhumana, que todas las líneas rojas y morales que mi corazón y cabeza entienden, han sido dilapidadas. Ni siquiera una tragedia tal ha logrado restablecer unos niveles mínimos de moralidad por su parte. Y esto, ni España, ni quienes amamos este país, os lo perdonaremos jamás. ¿Creísteis que haciéndonos prisioneros evitaríais que nos diéramos cuenta que estamos en prisión? Caeréis, no tengo duda. Caeréis porque sois un fallo del sistema, el cual no comparto como atea del Estado que soy.
Un Estado fallido se define principalmente porque sus ciudadanos se sienten inseguros, por corrupción política e ineficacia policial y judicial, sufre un vacío de poder, legitimidad disputada o instituciones frágiles carentes de capacidades y recursos para satisfacer las necesidades estatales, incapacidad de las fuerzas y cuerpos de seguridad del Estado para responder y garantizar las necesidades ciudadanas, incapacidad para suministrar servicios básicos a su población, elevados índices de inmigración ilegal, elevados índices de criminalidad, servicios sanitarios y hospitales colapsados, fuga de talentos intelectuales, crisis económicas, inflación y desempleo. Alta elevada deuda pública, salarios precarios, abuso de los cargos políticos en favor de los mismos, burocracia insostenible, y para terminar, vulnerabilidad frente a desastres naturales, entre otros.
Las lamentables discusiones acerca de qué competencias corresponden a una administración autonómica y a la central han colapsado los servicios públicos esenciales en lo fundamental, dar respuesta inmediata a la crisis en las primeras 48 horas de la tragedia. Todo lo demás, en estos momentos, es irrelevante. Lo primero es auxiliar a las víctimas para tratar de salvar el mayor número posible de vidas y, en esto, el Estado ha caído en bancarrota, una quiebra que quedará para la ignominia de este país de manera flagrante. La incompetencia de un Mazón desbordado al frente de la gestión autonómica y la deleznable frase y conducta del presidente de la nación Pedro Sánchez: «¡Si necesitan ayuda, que la pidan!», me alerta brutalmente acerca de qué clase de tipos y tipas están al frente de nuestro estado del bienestar. ¿Acaso no tiene sentido pecar de prudente ante un evento de consecuencias catastróficas? Todos los lugareños saben del peligro que corre la zona del barranco de la Rambla del Poyo, esta fue la primera gran negligencia que ha cometido la Generalitat Valenciana y que para nada debe ser excusada por lo impredecible de las consecuencias de un efecto climatológico. El deber de los gobernantes es protegernos y ante el riesgo de quedar en evidencia por exagerar las posibles consecuencias de un evento climatológico, optaron por dejarnos solos para enfrentar uno de los momentos más difíciles de este país. En mi opinión, la prudencia debe imponerse siempre, no sabremos nunca si esta tragedia podría haberse evitado, pero sí sabemos que la actuación de Mazón frente al timón autonómico ha sido negligente, y la del Gobierno central no puedo calificarla (me eliminarían la tribuna).
Mi sensación es que por La Moncloa estaban más preocupados en delegar la tragedia al Partido Popular, que en enfrentarse al problema tomando la riendas. Ya sabemos que liderar no es lo suyo, pero, no te compro el relato de que los Valencianos no te han pedido ayuda, Pedrito.
Los servicios públicos que deben de dar seguridad y apoyo a los ciudadanos han brillado por su ausencia, y estando preparados para recibir órdenes, ¡no la disteis!
Habéis tardado 5 días, ¡sí, 5 días! 5 días esenciales para revertir una situación que ha sido lamentable en la gestión de la prevención y deleznable en la gestión de la reacción. El tiempo es oro, y decidisteis perderlo mientras nuestros hermanos morían. Un verdadero líder se abraza con el pueblo, codo a codo en el refugio del anonimato, demostrando el dolor en sus acciones y luchando con los lugareños. ¡Qué bonito sería ver a nuestro Presidente embarrado con palas quitando el fango para abrirle paso a las víctimas y a la ayuda! Pero ¡oigan! La loca seré yo que no me cabe en la cabeza su inacción ni como ha sentenciado Aina Vidal, diputada del minoritario partido de SUMAR en representación de un partidillo denominado Esquerra Verda, entender que los diputados «no estamos para achicar agua»… Esta misma persona es la que nos recordó que Yolanda Díaz puede volar en avión y nosotros no, ¿se acuerdan? – como comprenderá la ministra tiene la agenda llena para mejorar la vida de las personas… ¡Sois gentuza!
En fin, tiempo habrá para recordar y señalar. Pero lo que por ahora debe quedar claro es que papá Estado nos ha fallado a todos, debido principalmente al gran vacío de poder que sufrimos como consecuencia de la fragilidad de unas instituciones cada vez más polarizadas y dirigidas por burócratas y fanáticos partidistas que lo único que han demostrado gestionar en sus trayectorias profesionales es la propaganda política. ¿Y para qué tantos asesores? Pues para eso, para lograr su único objetivo; ¡EL PODER! Ese que siempre os digo que corrompe.
Pues desde aquí, una humilde tecnócrata bien preparada os grita desesperada que hoy, ¡HOY! Lo urgente es restaurar la normalidad en las infraestructuras destruidas por la catástrofe, tratar de localizar a todas las personas desaparecidas en esta maldita tragedia y tratar de minimizar los daños con profesionales cualificados. Mañana será momento de rendir cuentas ante los ciudadanos y luego analizar los hechos para saber cómo evitar futuras catástrofes. Desde las presas y azudes derribados, los cauces no mantenidos en su limpieza adecuada e infraestructuras paradas por trámites burocráticos, hasta la incompetencia demostrada por parte de las instituciones autonómicas y centrales, me queda transparente que nuestros impuestos están más del lado de la corrupción que de la gestión. ¿Consejito? yo de ustedes borraría esa bochornosa última campaña del ministerio de Hacienda, porque lo que damos ¡NO VUELVE! Y ustedes, no nos merecen.
En mi corazón, sensible aunque a veces intente demostrar lo contrario, me queda el consuelo de ver con mis propios ojos la humanidad de los cientos de miles de españoles y residentes que nos hemos movilizado para ayudar a nuestros hermanos heridos en la medida que hemos podido, o nos han dejado. Y no cabe duda de que seguiremos haciéndolo, más allá del shock mediático pues somos muy conscientes de que las consecuencias de esta tragedia se desvanecerán de manera mucho más lenta que tal impacto mediático, y es que allá dónde el Estado falla, mi pueblo reacciona. Señores políticos, habéis llegado al nivel más miserable del ser humano, obviar la vida del prójimo. Por mi parte sólo me queda pedir que Dios os perdone, y a los hermanos y hermanas que ya no nos acompañan en la tierra, como le dije a mi amada mamá cuando partió hacia el cielo; Que nuestra luz siempre os encuentre y vuestra luz siempre nos guíe.
Gisela Turazzini, Blackbird Bank Founder CEO.