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‘Germanies 500’, vergonzoso relato del Pacte de Progrés

‘Germanies 500’, vergonzoso relato del Pacte de Progrés
‘Germanies 500’, vergonzoso relato del Pacte de Progrés

Humildemente reconozco mi desconocimiento de que el Pacte de Progrés fuese heredero directo de la revuelta de los agermanats en el primer tercio del siglo XVI y entonces solo cabe mi agradecimiento a la benevolencia de la directora general de Cultura y el gerente de la OSIB por darme claridad al respecto a través de Germanies 500, cuya première ha tenido lugar en el Teatre Principal de Palma en el marco –imagino- de la temporada 2021-2022 de la Orquestra Simfònica Illes Balears, que está siendo muy confusa en sus planteamientos por la dispersión de escenarios y su interacción con otras actividades al estilo de Illes Sonores, que es una redundancia en este caso pues función específica de la OSIB siempre ha sido servir de ventana al mundo de la obra de compositores baleares como el caso que nos ocupa.

Porque, musicalmente, Germanies 500 es una composición del mallorquín Antoni Mairata y que no sabría decir si es una suite en siete movimientos o por el contrario simplemente una excelente soundtrack (banda sonora) en apoyo de un relato que firma Maribel Servera sin el menor sentido crítico. Dicho de paso, ésta es una banda sonora, calcada de los usos y costumbres en Hollywood, que es donde Mairata ha desarrollado sus conocimientos.

Revelador que los impulsores de esta idea, o sea, gente del Pacte de Progrés, nos diga sin el menor rubor que se trata de “un concierto pedagógico (con funciones adicionales destinadas a alumnos de primaria y secundaria), que en lugar de dar respuestas al público, le genere preguntas”. Partiendo, eso sí, de que “se trata de un hecho relevante de la historia y que no ha sido especialmente recogido en la cultura popular”. Muy significativo.

Probablemente porque fue un período extremadamente doloroso, en el que no hubo buenos y malos, sino una revuelta que se les fue de las manos a sus inductores, hasta degenerar en una tragedia tristemente oscura y confusa.

Conviene recordar que históricamente esta revuelta fue generalizada en el continente europeo, coincidiendo con el tránsito de la Edad Media hacia la Edad Moderna y que en la parte que nos corresponde surge en territorios de la antigua Corona de Aragón y resueltos de manera desigual en función de la habilidad negociadora de los insurgentes, que en el caso de Mallorca parece claro que el proceso se radicalizó severamente. En el texto, escrito por Maribel Servera, el asalto al Castillo de Bellver fue una valiente batalla,  omitiendo que después fueron pasados a cuchillo los nobles allí refugiados.

De la misma manera que se insinúa que la peste que afectó a Palma durante el asedio de 1523 fue un virus inyectado malintencionadamente por las tropas reales que desembarcaron en Mallorca para restituir el orden violentado en 1521. O sea, que las tropas de Carlos I hicieron su particular Wuhan, vamos. Culpándoles de que una tercera parte de la población de Mallorca fuese diezmada por la peste, obviando que era una pandemia que asoló al resto de Europa machando igualmente a un tercio de su población.

Reconozco que me sentí muy incómodo porque era difícil seguir la música con la disposición y detenimiento necesarios, puesto que el relato imperaba a sus anchas, bajo sospecha de querer agradar a la voluntad de esa memoria democrática que se nos pretende imponer. Es lamentable, porque el trabajo del narrador, Rodo Gener, y de Marian Lush, como trovadora, se relegaba a segundo plano como simples comparsas (convencidos o no) de esta parodia que llegó a lo descabellado y surrealista en la canción final: “Però ens han deixat l’herència els nostres avantpassats i el clam dels agermanats avui té plena vigència, i tenim de referència homes i dones de bé: Emili Darder, Josep Maria Llompart, Guillem d’Efak, Xesca Ensenyat i Aurora Picornell”. Cada uno con foto en pantalla. Vaya papel jodido el de Maribel Servera, tan babosa y sumisa a los deseos del Pacte de Progrés.

Vergonzoso. Absolutamente vergonzoso y más por masajear a un Pacte de Progrés que está crujiendo a la clase media a impuestos como ya ocurriera presuntamente en aquellos acontecimientos vividos en el siglo XVI. Ayer la peste, hoy el covid-19.

Solo queda esperar a que en un futuro indeterminado, podamos escuchar la suite de Mairata sin interferencias del relato y de nuevo dirigida por Bernat Quetglas, puesto que ambos, además de Francisco Fullana, fueron alumnos de violín con Bernat Pomar, el gran impulsor de nuestros niños prodigio.

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