Un fraude procesal de libro

Un fraude procesal de libro
editorial-fraude-interior

El giro de 180 grados del «caso Dina» ha convertido la pieza  separada del «caso Villarejo» en el «caso Pablo Iglesias». El vicepresidente segundo del Gobierno urdió una siniestra estrategia para erigirse en víctima de una supuesta confabulación contra su persona promovida por las «cloacas del Estado» y metió en ella de manera falsaria  a Eduardo Inda y OKDIARIO.  El juez le ha desposeído de su condición de perjudicado al constatarse que fue el propio Pablo Iglesias quien tuvo en su poder durante –al menos– seis meses la tarjeta de su ex asesora, que reconoció -luego fue cambiando sus versiones- que se la entregó destrozada. O sea, que pudo cometer dos delitos: revelación y descubrimiento de secretos y daños informáticos.

El problema para Iglesias es que su actuación entra también de lleno en la tipificación del delito de fraude procesal. ¿Por qué? Pues muy sencillo: porque lo que hizo fue emplear «medios engañosos o artificiosos dirigidos a provocar en el juzgador un error de hecho que haya de originar o pueda originar una resolución errónea y por tanto injusta». Dicho de otro modo: urdió una versión, a sabiendas de que era falsa, consistente en arrogarse la condición de víctima, acusando a Eduardo Inda y OKDIARIO, de formar parte de una oscura trama. Y ese plan lo utilizó como argumento central de su campaña electoral.

Podemos conocía desde el año 2016 que el contenido del móvil de la ex asesora de Iglesias, que publicó en exclusiva OKDIARIO, no fue producto de un robo, sino de «una filtración», porque así lo transmitió José Manuel Calvente, a la sazón responsable de los Servicios Jurídicos de Podemos, al resto de letrados de la formación morada a través de un mensaje en el chat de Telegram. Y, sin embargo, Pablo Iglesias prosiguió con su bastarda estrategia de destrucción personal y empresarial de Eduardo Inda y OKDIARIO. Y los abogados podemitas, pese a la advertencia de Calvente, se cooordinaron con los fiscales Ignacio Stampa y Miguel Serrano para perjudicar los intereses de un periodista y un medio de comunicación. Sus mensajes internos así lo revelan.

El mayor objetivo de Pablo Iglesias era vincular a Inda y OKDIARIO con el ex comisario Villarejo  y el llamado caso Tándem, en el que Podemos estaba personado como acusación popular. Su empeño fue ese. Y utilizó medios engañosos para conseguir que el  juez dictara una resolución favorable a sus intereses. Su plan fracasó y ahora el «caso Dina» es ya el «caso Pablo Iglesias». Trató de engañar a un juez de la Audiencia Nacional con acusaciones artificiosas.

Lo que viene a ser un fraude procesal de libro.

Lo último en Opinión

Últimas noticias