Por España o contra España

Si hay algo que debe caracterizar a un político por encima de todo es el sentido de Estado. Nunca es tarde para demostrarlo y nunca debería penalizar el hecho de anteponer el bienestar de los ciudadanos a cualquier otra prioridad política. Y ha tenido que ser, de nuevo, Albert Rivera quien tome las riendas y ofrezca una salida para sacar a España del bloqueo absoluto al que nos ha condenado la izquierda.

La solución, planteada desde el centro político, es muy sencilla: si Pedro Sánchez quiere la abstención de Ciudadanos y Partido Popular para poder formar un Gobierno, debe comprometerse a una coalición constitucionalista en Navarra que no se apoye en Bildu para gobernar humillando a las víctimas del terrorismo; a no indultar a los posibles condenados por el procès y preparar la aplicación del artículo 155 en Cataluña; y, por supuesto, a no subir los impuestos a los autónomos ni a la clase media trabajadora, que no se merece estar ahogada mientras trata de levantar a diario la persiana de sus negocios.

Tres condiciones, solo tres condiciones para acabar de una vez con los 7 meses de parálisis provocados por la pelea de sillones entre Sánchez e Iglesias y para evitar una repetición electoral que nos costaría a todos más de 80 millones de euros. ¿Quién podría negarse? ¿Quién podría decir que no? ¿De verdad van a negarse los socialistas por puro ansia de poder? A esta hora, parece que sí.

El PSOE lleva más de medio año jugando con los españoles, cocinando encuestas, mercadeando con la unidad de España, pactando gobiernos con los nacionalistas y mirando desde el Falcon cómo España arde un día y se inunda al siguiente. Las reformas para generar empleo, bajar los impuestos, llegar a un pacto educativo y afrontar el frenazo económico que viene siguen sobre la mesa, pero Sánchez solo piensa en ocupar la Moncloa en solitario sin llegar a acuerdos ni con sus propios socios, defraudando así el voto mayoritario de los españoles. Al parecer, Sánchez cree que está rodando una película de Hollywood en el que las familias, los autónomos o los desempleados actúan solo como extras baratos.

Ante esta situación, Ciudadanos ha decidido poner a nuestro país por delante, servir a España en lugar de servirse de ella como está haciendo el PSOE, tener sentido de Estado en lugar de vivir en un estado de ensoñación como Sánchez, que, dicha sea la verdad, nunca quiso pactar con nadie, sino arrastrarnos a elecciones de nuevo.

Si de verdad quiere gobernar, que cumpla las condiciones de Ciudadanos para arrancar el país y que la economía o las políticas sociales echen a andar. Tres condiciones constitucionales para salir del barranco en el que nos ha metido por su sectarismo. Está a tiempo de rectificar. Consúltelo con la almohada, señor Sánchez, la pelota está en su tejado. Decida: por España o contra España.