España necesita un Gobierno capaz

España necesita un Gobierno capaz

Necesitamos con urgencia otro Gobierno y otro presidente, pero no en disfunciones – políticas y mentales – y enrocado en La Moncloa, siendo incapaces de resolver nada en absoluto. Se busca un nuevo mandatario, culto y valiente, para cambiarlo por este ejemplar de cisne inculto y cobarde, que persiste en llevarnos a la ruina total. Necesitamos alguien capaz de devolvernos la confianza perdida, de activar la economía con inteligencia, de acabar con la industria del gasto inútil y desbocado, gasto que, de no dilapidarse, serviría para garantizar el pago de los pensionistas. Se busca un nuevo presidente, capaz de poner firmes a quienes se ríen de la Constitución, queman retratos del Rey e insultan a los ciudadanos que se identifican como españoles. En fin, cuantos se animen a votar este domingo, habrán de elegir, entre desastre y esperanza. Ojalá que el nuevo líder, esta vez cabal y a lomos de la coalición de partidos dispares que sea, no nos fría a impuestos y nos guíe a un futuro próspero y tranquilo.

Mientras Iglesias estrena piños que reparan su imagen de lumpen millonario, surgen frases de campaña que deben recordarse. “Un candidato que no cree en España está inhabilitado para gobernar” (Casado). “Hay que ser humilde” (Sánchez, el soberbio). “En estas elecciones nos jugamos el orden constitucional o el caos” (Rosa Díez). “La chusma miserable se retrata a sí misma” (Abascal, tras haber sido difamado su padre por Errejón). “El PSOE nunca permite que tengamos elecciones tranquilas” (Federico). “Al nacionalismo hay que plantarle cara; cuando lo haces, retrocede” (Cayetana). “Ante situaciones excepcionales sin dudarlo hay que tomar medidas excepcionales” (Rocío Monasterio). “Seguimos creando empleo, el crecimiento es sólido” (la ministra Montero, ignorando los nuevos datos de la EPA: pues el paro subió en casi cien mil personas).

Pero hay otros titulares, bochornosos por estúpidos o esperanzadores por sabios. “Pongamos un impuesto a la banca” (Irene Montero, que sabe tanto de economía, como un retrasado mental). “Esto, cada vez, me recuerda más a la campaña de Andalucía” (dice, la maravillosa Arrimadas). Rivera, adoquín en ristre, la apoya: “Se puede y hemos de sacar a Sánchez de La Moncloa”. Luis Herrero, el más certero y ponderado analista político que habemos en esta convulsa nación, nos convence: “En el ambiente flota la sensación de que el hastío, por decirlo suavemente, ha calado hasta los tuétanos en una sociedad cansada de políticos incapaces de resolver los problemas de acuerdo al manual de instrucciones que promulgan las urnas”. Quien no le entienda votará, inadecuadamente, el domingo 10-N.

A España la vinculan en el orbe, con este presidente maniquí, que no da la cara, ni la talla, para representarnos en el exterior. Se busca un nuevo presidente que represente a nuestra nación con dignidad.

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