España indignada: los españoles decimos ¡Basta ya!

España indignada, Pedro Sánchez

España entera está indignada y no es cuestión de ideologías. Este mes de agosto ha colmado el vaso de la indecencia, además de los hechos acumulados de traición al Estado, a la Constitución, a todos los españoles y a la democracia. No lo vamos a permitir, y vamos a salir, – trabajando desde ahora mismo este agosto-, en masa, a defender la libertad y la democracia.

España no admite una ley de amnistía inconstitucional que ataca como jamás ha ocurrido el corazón del Estado de derecho y de la democracia, pero también el mismísimo corazón de la democracia de Europa.

España no admite un pacto inconstitucional con un prófugo de la justicia a cambio de siete votos negociados con mediador en el extranjero a cambio de cesiones ocultas, además de la inconstitucional amnistía.

España no admite un pacto, a cambio de otros tantos votos, con quienes llevan terroristas y asesinos en sus listas electorales, y poder acceder así a la presidencia del Gobierno, por mucho que lo permita la aritmética.

España no admite el ataque indiscriminado por parte del Gobierno al Rey, a la judicatura, a la división de poderes, a la libertad de medios y expresión, a la igualdad de todos los españoles, al Estado de Derecho, a la Constitución y a la democracia.

España no admite un pacto de cesión inconstitucional de impuestos a Cataluña cuando la ministra decía que ello era imposible hace 20 días y ahora hace una semana forma parte del pacto con ERC para nombrar a Illa, al igual que blindar el catalán, desterrando definitivamente el español, para lograr el nombramiento. ¿Pero, qué es esto?

España no admite un oprobioso e infame nombramiento de quien se compromete a seguir un plan de independencia golpista exigido por ERC, pidiendo en su investidura no detener al fugitivo, y sin que la bandera de España presida dicho nombramiento, cómplice nuevamente de esta ignominia el presidente del Gobierno. Cómplice e inductor, ahora él, el presidente del Gobierno, de un ataque continuo y sin precedentes al Estado, desde una parte del mismo estado como es la Generalidad.

España no admite el circo de un prófugo que entra en España, da un mitin y desaparece de España, todo ello con el visto bueno del presidente del Gobierno y  sin que ni siquiera ha dicho una palabra de ello, luego es promotor absoluto, pues además están en juego los siete votos. Un fugitivo que aparece y desaparece avalado por el presidente del Gobierno, ya que si no, el que desaparece es él. Un presidente de Gobierno sobre el que se desvela ya la delictiva y consciente pasividad para detener a un malhechor y prófugo de la justicia.

España no admite que no se condenen y prohíban los homenajes a terroristas este verano en el País Vasco, que atacan directamente la dignidad de todas las víctimas del terrorismo y de sus familias y que atacan a todos los españoles de bien. Una auténtica depravación del presidente del Gobierno, ejemplo de la sublimación al desprecio a la más mínima ética. ¡Inadmisible!

España no admite a un presidente del Gobierno que no reconoce desde hace quince días la victoria aplastante de la oposición venezolana. España no admite a un presidente del Gobierno que no ampara al presidente electo de Venezuela, Edmundo González, y a María Corina Machado. España no admite que el presidente del Gobierno no condene a quien está acusado, Maduro, de delitos de lesa humanidad por la ONU. España no admite que el ex presidente Zapatero no condene a un criminal y que el presidente del Gobierno no le exija esa condena.

España no admite la lacerante ignominia de un presidente de Gobierno que no condena diariamente los asesinatos al pueblo venezolano todos estos días, y está callado. No admite que el presidente del Gobierno sea un colaborador, dados los hechos que se están produciendo, del mayor ataque a la vida de las personas, a los derechos humanos y a la dignidad del pueblo venezolano. No admitimos ni admitiremos jamás esta continua infamia.

España no admite un gobierno y a su presidente atacando a los jueces, al Tribunal Supremo, a la independencia judicial. Eso es el mayor ataque al Estado de derecho y a la democracia.

España no admite la indignación de una corrupción asfixiante y nada ejemplar de la mujer, del hermano, por tanto, la de él mismo, sus ministros y su partido, ya anunciada y denunciada en los grandes medios mundiales. España no admite que la imagen, el honor y la dignidad de España y de los españoles, esté siendo mancillada y vilipendiada a ojos de todos los países democráticos gracias al presidente del Gobierno. Imposible aceptar esta ignominia.

España no admite una sucesión de hechos del presidente del Gobierno, todos ellos promotores, inductores y cómplices de partidos y dirigentes condenados por sedición y reiterando constantemente su voluntad de acabar con España.

España no admite más indignidad ni tanta deshonra. Se ha traspasado la mayor traición conocida jamás a España, por parte del presidente del Gobierno.

Los españoles de cualquier idea decimos: ¡hasta aquí hemos llegado… basta… fin a esta traición a los españoles, a nuestra reconciliación y paz, y a la democracia!, y vamos a manifestarnos masivamente en septiembre en Madrid pero también en otros sitios, y vamos a seguir en octubre, noviembre y diciembre y día a día con acciones contundentes y constantes desde este mismo mes de agosto, por mucho que no sea el mes para ello. No nos hemos ido de vacaciones y el próximo medio mes de agosto no vamos a parar. Más de cien asociaciones e instituciones de la sociedad civil de toda España estamos trabajando para ello, y vamos también a apoyar inquebrantablemente en grito unánime y permanente a Venezuela.

Pero además, llevamos hoy los españoles de a pie, de cualquier idea, 288 días manifestándonos – sin que haya precedente en Europa de ello – en contra de la inconstitucional ley de amnistía y en defensa de la independencia judicial y de la democracia en Madrid, también en Burgos, Ciudad Real, Sevilla y otras ciudades, ante la extrema irresponsabilidad e inadmisible indecencia con la que diariamente está actuando el presidente del Gobierno.

Ello es un compromiso que vamos a continuar en defensa de los fundamentos de la democracia. Salgamos todos los españoles, de cualquier idea, masivamente a defender la democracia. Salgamos con firmeza, fuerza, responsabilidad, y compromiso democrático. Salgamos unidos en grito ensordecedor con la más alta moral de victoria a defender nuestra democracia, el tesoro de la reconciliación, paz, y abrazo ejemplar que nos dimos hace 45 años, nuestra Constitución, y nuestra libertad. ¡Salgamos sin tregua desde esta misma hora a defender España!

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