¡Cuánto totalitarismo, Dios mío!: Ya hasta rezar es delito

¡Cuánto totalitarismo, Dios mío!: Ya hasta rezar es delito

Pedro Sánchez quiere convertir en delito de acoso contra las mujeres los rezos frente a las clínicas abortistas. Trata así de impedir que grupos católicos se congreguen delante de estos centros bajo la excusa de que la oración en grupo supone » hostigar o coartar la libertad de una mujer que pretenda ejercer su derecho a la interrupción voluntaria del embarazo». Así que Sánchez quiere convertir en delito «las concentraciones en las proximidades de lugares habilitados para interrumpir embarazos», porque «causan un menoscabo en la libertad».

Es sencillamente alucinante que entrar semidesnuda en una iglesia, lugar de culto, no sea delito (la Audiencia Provincial de Madrid revocó la condena impuesta por un Juzgado de lo Penal a Rita Maestre porque un «torso desnudo no tiene por qué ser ofensivo») y, sin embargo, concentrarse para rezar ante una clínica abortista tenga una condena penal.

El nuevo artículo que pretende incorporar el Ejecutivo se justifica del siguiente modo: «El acoso a los centros sanitarios donde las mujeres interrumpen voluntariamente los embarazos es una constante, por lo que la nueva norma pretende garantizar una zona de seguridad alrededor de los centros sanitarios, con el fin de que quede garantizada la intimidad de las mujeres, su libertad y seguridad física y moral, y de este modo garantizar los derechos sexuales y reproductivos».

La fundación Abogados Cristianos ha elaborado una guía en la que  invita a la oración y subraya que «todo ciudadano tiene unos derechos y que estos son inviolables». Cierto, pero no lo es menos que con este Gobierno los derechos consagrados en la Constitución pueden convertirse en papel mojado. Y es que este Ejecutivo entiende la libertad como un embudo, muy ancho para algunos y muy estrecho para el resto. El totalitarismo ideológico del Ejecutivo de Pedro Sánchez no conoce límites. Se pueden gritar consignas a favor de una banda de asesinos en las manifestaciones de apoyo a los presos de ETA, pero no se puede rezar ante una clínica abortista. España, 2022.

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