Cuando las máquinas fallaron y Amazon se desplomó un 87%

Cuando las máquinas fallaron y Amazon se desplomó un 87%

Tendemos a pensar que en la automatización hay muy pocos errores. Esta visión es en parte acertada, ya que una máquina comete mucho menos que un ser humano. Las máquinas no tienen cansancio ni se desconcentran, no saben lo que son los malos días. En la Bolsa de Nueva York, casi el 70% del volumen es algorítmico, lo cual quiere decir mucho la precisión y efectividad de unos y otros. El único problema es que cuando los algos cometen un error, lo hacen de forma espectacular.

Hace tres días, si uno echaba un vistazo a su terminal de bolsa, tras el cierre de la sesión el 3 de julio pudo ver a Amazon en 123.47, un increíble 87% más bajo que su precio de cierre. Zynga, otra empresa tecnológica subía un 3000%, Apple caía un 17%. El Nasdaq tuvo que aplicar un circuito de cierre, el cual se activa cuando hay una volatilidad fuera de lo normal o los mercados caen más de un cierto porcentaje —alrededor del 10%—. Esto se ideó tras el crash de 1987 cuando los mercados se desplomaron un 22% en un día. Se ha activado en bastantes ocasiones en la los últimos 20 años —Torres Gemelas, Brexit, Flash Crash  y otros eventos sin nombre—.

En Nasdaq han asegurado que ha cancelado todas las operaciones erróneas que se hicieron durante el período de error. Pensemos en todos los stops que debieron de saltar. Imaginemos que ha comprado Amazon y dice que no quiere perder más de un 10%, por lo tanto pone una orden de venta automática, un 10% por debajo de su precio de compra —orden stop loss—. Las órdenes de stop  no funcionan cuando los mercados están cerrados o cuando hay agujeros de liquidez —pensemos en ventas en masa—. Entonces, cuando ponga una orden de stop a un 10% pero Amazon cae un 87% en un segundo, su orden de stop se ejecuta automáticamente un 87% más baja de su precio de compra. Podemos ver el problema.

Esta vez, Nasdaq se ha hecho cargo, pero en 2010 cuando las bolsas americanas se desplomaron un 10% en cuestión de minutos y muchas acciones bajaron un 50% —se sospecha de un algoritmo que perdió el control— nadie canceló las órdenes erróneas y los stops se ejecutaron al precio que se podía, muchas veces un 40% más bajo de lo previsto. En agosto del 2012, Knight Capital Group, una de las empresas más exitosas de trading algorítmico estuvo al borde de la quiebra y su cotización bursátil bajó un 75%, todo debido a un error informático de actualización. Perdieron 440 millones en 45 minutos. Todo bajo la supervisión de un equipo de informáticos y programadores de élite. La próxima vez que un gestor le diga que no tiene nada de qué preocuparse porque tiene puestos stops en sus posiciones, dude de tanta confianza.  Uno debe ver los beneficios que aporta la tecnología y usarlos a su favor, pero no confiar plenamente en una máquina, ya que también cometen errores.

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