El cruel negocio del tirano

El cruel negocio del tirano
El cruel negocio del tirano

Las monsergas de Narciso -que trata de encontrar pretextos para que la calle no le abuchee- garantizan seguridad, una palabra que en su boca suena a caos social, pues todos sus sermones se basan en la mentira y el oportunismo. Basta ver la verbena que tenemos por Gobierno, donde no faltan los títeres marxistas que se columpian en la inflación, aunque los españoles tengamos que pagar un 13% más de IRPF. Todo vale, absolutamente todo, con tal de que el farsante siga en la Moncloa. Mientras recaude sin parar -ya aprobó 42 subidas tributarias desde que es presidente – que se joda el pueblo. Ese es el cruel negocio del tirano, urdido con sus socios:  recaudar continuamente para debilitar a la clase trabajadora y reconvertir su loca legislatura en un proyecto bolivariano.

Al ser un narcisista prepotente, jamás hace autocrítica y está convencido de que fue el vencedor en el debate con Feijóo, algo que contrasta con la realidad, pues tras lo ocurrido en el Senado, el gallego volvió a subir en las encuestas mientras el gañán volvía a caer como una piedra. Ya nadie le cree, ni soporta sus abusos después de haber convertido España de cabo a rabo, en una ruina. Las próximas elecciones generales mandarán a este mal bicho a pedir refugio en las saunas de su suegro. Nunca antes tuvo nuestra nación un presidente tan chantajista, despiadado e ineficaz como Sánchez. Merece ser juzgado por haber traicionado a España, por creerse más que el Rey y haber puesto en solfa la independencia de los jueces.

Vitoreado por Tezanos, creyéndose Narciso vencedor en su cara a cara con Feijóo, planea utilizarlo como punching-ball en sus peleas futuras, donde pretenderá denigrarle. Al efecto, ya ha elegido manager que le asista en el rincón del ring, el experto un juego sucio Patxi López. Creen que arreándole a Feijóo, nivelarán los sondeos, y cuanto más le aticen, más subirá el gallego en las encuestas. Hace tiempo que el tirano ha perdido la batalla. Su táctica de “pisar la calle” fracasó. El “Gobierno de la gente” huye de la gente porque le silban y abuchean. El tirano no tiene un problema con el vulgo. El problema lo tenemos los españoles con él y su Gobierno es el mayor problema. Como para no tenerlo después de engañar a todos y arruinar España. Raúl del Pozo lo tiene claro: “Sólo una revuelta en el Congreso impediría que Sánchez aguante hasta diciembre de 2023”.

Pero que nadie eche las campanas al vuelo. Porque de este tramposo se puede esperar cualquier cosa. Es más, mientras se le vea plantando berenjenas en su huerto de la Moncloa, querrá decir que el cruel negocio del tirano, el de recaudar como un enajenado, goza de excelente salud y no parara de   triturarnos con impuestos macabros. Él y su tropa son así, no saben hacer otra cosa.

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