Como «adivino», un desastre; manipulando, un fenómeno
El presidente del CIS, José Félix Tezanos, ha vuelto repetir en el Congreso de los Diputados lo mismo que repite cada vez que el Centro de Investigaciones Sociológicas patina -y de qué manera- en unas elecciones: que no es «adivino». De esa manera se ha justificado por el fiasco de su organismo al predecir el resultado de las elecciones en Castilla y León, donde dio como vencedor al PSOE y, como ocurrió en Madrid, aventuró la posibilidad de que gobernara la izquierda. Dice Tezanos que «el objetivo del CIS y de cualquier investigador que se precie riguroso, no es pretender ser adivino. Eso se encuentra en otros sitios, pero no en el CIS». Hombre, Tezanos, el objetivo del CIS está claro: crear un falso clima de opinión y generar expectativas despegadas de la realidad para crear un escenario irreal según el cual la izquierda está en condiciones de gobernar.
Tezanos se excusa en el hecho de que seis días antes de los comicios en Castilla y León «los votantes todavía no habían decido que iban a votar». Hombre, Tezanos, pues para eso te pagamos 100.000 euros al año, para que predigas científicamente la intención de voto. Porque si hay que esperar al resultado, suprimimos el CIS y te quedas en casa. Y lo que hiciste, Tezanos, fue inflar en 6 escaños al PSOE, quitarle 4 a Vox , que tuvo 13, y darle hasta 5 a Ciudadanos, que se quedó con uno. En Madrid, tres cuartas partes de lo mismo: ganaba la izquierda. El error de cálculo fue de 10 puntos, lo que para un organismo público que cuenta con un millonario presupuesto es para cerrar el chiringuito. No nos engañemos: como «adivino», Tezanos es un desastre, pero como manipulador, un fenómeno. En cualquier democracia del mundo, Tezanos estaría en la calle o delante de un tribunal por -presuntamente- malversar dinero público. Aquí no: va al Congreso, dice que no es pitoniso y se vuelve al CIS a seguir manipulando.