Comienza la OPA del PP sobre Cs

Comienza la OPA del PP sobre Cs

En los últimos días hemos conocido dos noticias interesantes sobre las maniobras populares para ganar el espacio de Ciudadanos (camino por el que optó Pablo Casado en la moción de censura de Vox, abandonando la derecha). Por un lado, la incipiente Fundación Propósito, próxima al PP, ha fichado a José Manuel Villegas. Por otro, el PP ha contratado al despacho Martínez Echevarría, presidido por Albert Rivera, para elaborar el recurso de inconstitucionalidad contra la ley catalana de arrendamientos. Se trata de dos movimientos importantes desde el punto de vista simbólico que transmiten un mensaje claro: los de Cs de siempre, están con el PP. Para comprender el proceso, tal vez deberíamos recordar cómo se han producido las grandes absorciones de partidos en nuestra democracia:

Las fusiones de partidos, normalmente, se han hecho por acuerdo amistoso. Sin embargo, este acuerdo a veces ha llegado pacíficamente (como ocurrió cuando el PSP se disolvió en el PSOE), a veces mediante coaliciones (como las que tuvo el PSOE con el PAD de Fernández Ordóñez –que ocupó 5 escaños en 1982- o el Partido Democrático de la Nueva Izquierda –que ocupó 2 en el 2000-), y a veces mediante la absorción tras lograr un partido arrasar con el otro. Este último procedimiento ha sido el normal en el PP.

Así, tras arrasar AP al PDP en las elecciones de 1987, el PDP (liderado entonces por Javier Rupérez) cambió su nombre por Democracia Cristiana, y se unió al PP en el Congreso re-fundacional. En esta operación, fue determinante que algunos connotados democristianos como Álvarez del Manzano o Marcelino Oreja no tuvieron problema en pasarse a AP antes de que su partido se hundiera. El lento, discreto, pero incesante viaje de algunos de Ciudadanos al PP puede ser la antesala de un jaque parecido.

El asalto a la democracia cristiana no fue sino la primera gran OPA política del centro derecha. Junto a ella, hay que recordar que, tras arrasar el PP electoralmente al CDS, el CDS terminó por unirse al PP en 2006 (no sin algunos coletazos finales de la marca de Adolfo Suárez, como cuando llevó a Mario Conde de candidato en el año 2000). Este mismo procedimiento fue el seguido por Rivera respecto a UPyD: fallida la coalición entre ambos, Ciudadanos arrasó a UPyD, y al final la moribunda formación magenta terminó acudiendo en coalición con los naranjas.

Recientemente, hemos visto a Cs y PP unirse en coaliciones de suerte desigual. No fue mal Navarra suma, sobre todo gracias a UPN. Ha sido un desastre, sin embargo, la coalición PP+ Cs en la comunidad autónoma vasca. Ante tal fracaso, y ante el solar que ha dejado Ciudadanos en Cataluña tras la espantada de Inés y la inoperancia de sus sucesores (incapaces de presentar un candidato a la investidura, aunque se lo rechacen, o de presentar una moción de censura mientras todavía son la primera fuerza del Parlament), parece que el PP ha decidido salir al ataque, catalanas a la vista, con el procedimiento tradicional: van a intentar comerse a Ciudadanos dando a los votantes buenos argumentos para concentrar el voto en el PP.

No nos cabe la menor duda de que tanto Rivera como Casado saben lo que hacen. Y podemos sospechar que Aznar, al igual que influyó en el discurso de Casado el día de la moción, estará enseñando a la dirección del PP a engullir partidos. Rivera ha aceptado algo más que un cliente. Villegas está haciendo algo más que labor pre-política. El tiempo mostrará que estamos ante tercera gran OPA de la historia del PP…

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