Al carajo se va por la izquierda
¿Qué se tomó Sánchez antes del cara a cara para que le patinaran tanto las meninges que protegen el encéfalo? ¿Por qué repitió, más de ocho veces, «hasta incluso», redundancia propia de un zafio que no sabe hablar? Se dice hasta, o incluso, pero nunca «hasta incluso». Los ojos del zumbado irradiaban ira y confusión, pues iba a tener que vérselas con un hombre digno, discreto y equilibrado, como Feijóo, que le sacó completamente de quicio y le hizo perder la compostura. Tras el cara a cara y haberle dado sopas con ondas en la porfía, el gallego le indicó a dicho patán que okupa la Moncloa, por dónde se sale, al carajo se va por la izquierda.
Concluido el debate entre un psicópata y un hombre en su sano juicio, José Javier Esparza entrevistó a Ramón Tamames en El Gato al Agua (El Toro tv). El profesor estuvo sublime: «Sánchez es una ‘máquina parlante’, bla, bla, bla, bla… y no dice nada, es un ‘vendedor de crecepelo’, con una prepotencia insoportable y ya se le acabó el cuento. Ayer, frente a Feijóo, Sánchez perdió, definitivamente, su capacidad de remontada, lo cual tampoco significa, que Feijóo fuera perfecto, pero yo creo que ha estado en un tono que la gente aprecia mucho. Ha defendido bien a sus posibles compañeros, no sé si de Gobierno o de Investidura. En el caso de Vox, lo ha defendido mejor que se defiende el propio Vox. Que el PSOE esté pactando con Vox en muchos casos (bajó la voz el maestro y dio vida a lo oculto) mucha gente no lo sabe. Y saberlo es muy importante, porque para gobernar, el pacto se hace necesario». La de cosas que aprende uno con Esparza y Tamames.
Demonizar a Abascal y no inquietarle pactar con Vox, demuestra que Sánchez es un réptil que muda de piel según le convenga. Ahora anda en caída libre y nadie le sacará del pozo. Ha hecho demasiadas putadas para que alguien se apiade de él, que ni siquiera se apiada de Díaz Ayuso. Ahí no acaban las malas noticias. Tras el fabuloso ridículo que hizo en el debate, un 8% de votantes desengañados del sanchismo votarán a Feijóo. Las víctimas del timo ideológico, también cambian de paño y van a votar al gallego. Esta subversión, contra las diarreas mentales del ególatra, es un homenaje a sus infinitas mentiras. Los españoles quieren vivir en paz, tener un trabajo decente y un presidente serio, como Feijóo. Estamos hartos de que ese vil déspota nos fría a impuestos y, con nuestro dinero, compre a gentuza que odia a España para que lo sostengan en el poder.