El ‘basurazo’, el atraco sanchista que viene
Las fiesta socialcomunista la vamos a terminar pagando todos. El próximo mes de abril se debe aplicar la nueva normativa de residuos, lo que obligará a numerosos ayuntamientos a cobrar una nueva tasa municipal. El importe medio de este tributo en España ronda en la actualidad los 90 euros al año, pero esa cantidad sólo cubre el 40% del coste total, por lo que el recibo medio pasaría a ser de 225 euros, un 150% más. Mientras el Ayuntamiento de Madrid estudia medidas para tratar de paliar los efectos del «basurazo», varios ayuntamientos del sur de la comunidad regidos por alcaldes socialistas tratan de imponer al resto de municipios madrileños la tasa Sánchez de basuras. Alcorcón, Ciempozuelos, Fuentidueña de Tajo o Parla, entre otros, han solicitado a la Junta de Gobierno de la Federación Madrileña de Municipios (FMM) homogeneizar la tasa de basuras y apoyar así la ley impulsada por el Gobierno de Pedro Sánchez. Y es que la Ley 7/2022, de 8 de abril, de residuos y suelos contaminados para una economía circular, señala que «las entidades locales establecerán una tasa», a aplicar como máximo en abril de 2025.
Los alcaldes socialistas son conscientes de que los ayuntamientos gobernados por el PP van a responsabilizar al Gobierno -como no puede ser de otra manera- del nuevo hachazo fiscal y tratan a la desesperada de que todos los municipios pongan una tasa de basuras similar. O sea, que pretenden escurrir el bulto, pero no cuela. Un ejemplo esclarecedor: en Alcorcón, gobernada por el PSOE, una pareja con dos hijos tendrá que pagar a partir de 2025 casi 600 euros por el ‘basurazo’ de Pedro Sánchez. Concretamente, una familia de 4 personas que viva en un chalet o vivienda unifamiliar de entre 507.000 y 592.000 euros en Alcorcón, pagará 570 euros por la tasa de basura al año. Es lo que tiene la izquierda: bajo el pretexto de la economía circular, nos exprimen como limones. A ver cómo les explican los alcaldes socialistas a sus vecinos que el «basurazo» de Sánchez es puro ‘progresismo’.