¿Cómo se hace la endoscopia en perros?
Entre los tratamientos que se suelen realizar a nuestra mascota, está la endoscopia. Aquí te contamos para qué casos se utiliza y cómo se lleva a cabo.
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La endoscopia en perros es un procedimiento médico mínimamente invasivo, que tiene por objetivo buscar problemas o alteraciones presentes en el tracto gastrointestinal y respiratorio. Este procedimiento sólo puede ser hecho por un médico y el animal debe estar sedado para evitarle cualquier tipo de molestia o posible lesión. En general, este estudio es recomendado cuando aparece algún indicio en exámenes de laboratorio o rayos X, que puedan indicar algún problema en esta zona de nuestra mascota.
Endoscopia en perros: ¿de qué se trata?
La endoscopia en perros es un procedimiento médico que se realiza para descartar o para encontrar las causas a una determinada situación de salud. En general, la endoscopia no es un tipo de estudio que se realice de forma rutinaria. Este precepto se aplica tanto para las personas como para los canes; sirve para que el veterinario pueda detectar ciertas anomalías en el aparato digestivo o respiratorio del animal.
Aunque menos frecuente, la endoscopia también puede ser utilizada como un tratamiento para aliviar ciertas patologías, como por ejemplo la gastropexia o la torsión gástrica. En cualquiera de los casos, este estudio consiste en introducir un tubo endotraqueal para la respiración del animal y después, con mucho cuidado, introducir el endoscopio por la boca. El aparato tiene en la punta una cámara con la que el profesional podrá observar todo el tracto intestinal y respiratorio.
Preparación para una endoscopia en perros
Tal y como se explicó anteriormente, este procedimiento es mínimamente invasivo y no genera ninguna molestia o dolor en el can. Aunque es un estudio ambulatorio, es importante preparar al perro adecuadamente, especialmente porque el mismo debe ser sedado.
El médico evaluará si el animal se encuentra en condiciones de ser sedado, de ser así pasará a ingresarlo y a colocarle la anestesia general, la cual hace efecto casi inmediatamente. Una vez que el can esté sedado, se procede a la introducción del tubo endotraqueal y posteriormente del endoscopio por la boca. En algunas ocasiones el médico deberá inyectar aire para poder tener una mejor visualización.
Después de la visualización de todo el tracto digestivo y respiratorio, el veterinario succionará todo el aire inyectado y procederá muy cuidadosamente a retirar el endoscopio. Este procedimiento puede durar entre una y tres horas aproximadamente. Luego el animal pasará a recuperación en donde recuperará la conciencia poco a poco. No se le debe ofrecer comida sino hasta varias horas después y el agua hacerlo en pequeñas cantidades.
Es posible que el perro quede un poco sensible después de la endoscopia; sin embargo, la recuperación, en general, es muy sencilla y rápida. Lo más importante es que el dueño sea comedido en darle poca cantidad de agua pasado no menos de 30 minutos después de que el perro haya recuperado la conciencia y seguir las instrucciones del médico. ¿Tu perro ha sido sometido alguna vez a una endoscopia?
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