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Así puedes saber que un perro va a morder: señales de advertencia

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Janire Manzanas
  • Janire Manzanas
  • Graduada en Marketing y experta en Marketing Digital. Redactora en OK Diario. Experta en curiosidades, mascotas, consumo y Lotería de Navidad.

Los perros no muerden porque sí. Para ellos, es la última opción ante una situación en la que se sienten amenazados y atacados. Antes de llegar a este punto han manifestado su enfado e incomodidad de distintas formas para evitar el enfrentamiento. Por este motivo es tan importante que a la hora de adoptar un perro como mascota aprendamos a leer e interpretar su lenguaje corporal. Es algo fundamental para intervenir a tiempo y saber reaccionar cuando las señales nos indiquen que el perro está a punto de morder.

¿Cómo saber que un perro va a morder?

El nivel más bajo de alerta es el desplazamiento, el cual suele pasar completamente inadvertido. El perro muestra con su actitud que no se siente a gusto con la situación alejándose mientras olisquea el suelo y/o moviéndose de lado. Además, es normal que bostece o mire hacia otro lado, tal y como explica la adiestradora y etóloga canina Turid Rugaas, autora de ‘El lenguaje de los perros. Las señales de calma’.

Cuando estas primeras señales de aviso no surten efecto ninguno, el perro muestra claros signos de estrés: tiene los ojos demasiado abiertos, se sacude en un intento por liberar la tensión, tiembla… Se está preparando para la huida o el ataque.

Si con todo esto el perro no es capaz de detener la situación amenazante, asume que el enfrentamiento es un riesgo. Permanece inmóvil, mira el foco de la amenaza fijamente y no emite sonido alguno.

Cuando se prepara para morder, el perro puede avisar con gruñidos o, por el contrario, seguir en silencio. En ambos casos suele enseñar los dientes. Es la última oportunidad para evitar el ataque.

Este suele comenzar con un mordisco al aire dirigido al foco de la amenaza a modo de marcaje. Si el perro continúa sintiéndose en peligro, comienza el ataque para defenderse.

Cabe señalar que la agresividad forma parte del instinto natural de los perros, que son descendientes de los lobos y, por lo tanto, depredadores. Pero es posible anticipar la agresividad y prevenir el ataque. Los casos en los que un perro ataca sin avisar son contados, y en la gran mayoría de casos no tienen un origen de comportamiento, sino orgánico.

Por último, es interesante destacar que la agresividad no está asociada única y exclusivamente a unas determinadas razas. Cualquier perro puede morder si se siente amenazado, lo mismo un chihuahua que un rottweiler.

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