'Caso Oltra'

La psicóloga de la Consejería de Igualdad nunca preguntó a la niña por los abusos del marido de Oltra

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Mónica Oltra, el informe de la psicóloga y el ex marido durante el juicio.
Luis Miguel Montero

La psicóloga de la Sección de Menores de la Consejería de Igualdad valenciana que atendió a Mayte, la niña de 14 años que había denunciado abusos sexuales por parte de un educador del centro de menores que resultó ser el todavía marido de Mónica Oltra, no le preguntó nunca si era víctima de abusos. En su declaración judicial del pasado 30 de marzo la psicóloga de la Consejería reconoció este extremo que justificó por su método profesional e incluso argumentó ante el juez que investiga la presunta implicación de 17 personas en esconder estos abusos que «no es necesario ser experta en abusos sexuales para hacer una pericial».

El informe, realizado el 28 de febrero de 2017, justo una semana después de que la menor denunciase haber sufrido estos abusos por parte de Luis Ramírez Icardi, esposo de la consejera y educador en su centro de acogida, se resolvió en apenas folio y cuarto y la conclusión fue que «no ha aparecido ningún indicio, palabra o frase a partir del cual pudiéramos investigar la posibilidad de la existencia de una experiencia en la que ella se sintió abusada sexualmente». No opinó lo mismo la Audiencia Provincial de Valencia que condenó al marido de Oltra a cinco años de cárcel por estos abusos con prevalimiento, condena ratificada por el Tribunal Superior de Justicia de Valencia y ahora pendiente de recurso de casación ante el Tribunal Supremo.

El informe, al que la psicóloga que realizó el estudio lo califica de «diligencia», comienza con que «el motivo de la cita es conocer la existencia de datos que nos hagan pensar en la ocurrencia de un posible abuso sexual, tal como la menor comentó en el comité antisida». La cuestión es que nadie avisó a la menor, Mayte, de que iba a un examen psicológico con una profesional de la Consejería en la que iba a hablar de los abusos que sufría. La declaración de la psicóloga en el Juzgado número 15 de Valencia, donde prestó testimonio como imputada, tampoco dejaba lugar a dudas: «Me pidieron que hablara con la niña para ver la consistencia de la declaración y su veracidad, más que su veracidad, su credibilidad, para poder continuar a partir de ahí el protocolo».

En ese momento el juez, conocedor por otras declaraciones, que no existía protocolo alguno en la Consejería para actuar en estos casos aprovecha para indagar «¿qué protocolo?» a lo que la psicóloga responde sin dudar «el protocolo que se seguía en estos casos», pero el juez la saca de su error y le explica que no existía protocolo alguno a lo que Martín se ve obligada a rectificar y reconocer que «efectivamente no había un protocolo definido, pero sí que funcionábamos en este sentido (…)».

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La conclusión del citado informe.

Durante su comparecencia de finales de marzo de este año la psicóloga también respondió a preguntas del juez sobre la declaración que prestó en el juicio del marido de Oltra. «¿Recuerda usted que declaró que era psicóloga clínica no experta en abusos sexuales?», a lo que la investigada reconoció que «es que no es necesario ser experta en abusos sexuales para hacer una pericial».

Según ese documento, al que ha tenido acceso OKDIARIO, la entrevista duró tres cuartos de hora. «Se le pregunta si sabe a qué viene y la primera sorpresa es su respuesta: viene para hablar de su salida del centro y su marcha a casa de sus suegros». Lo cierto es que la menor tampoco tenía noticia de que iba a hablar sobre los abusos, ya que la directora del Centro le dijo que iba a explicar por qué quería irse a casa de sus suegros y abandonar el Centro. Esto no fue nada sorprendente para el juez de Instrucción número 15 de Valencia ya que «la sorpresa la tiene usted, pero eso para la niña era exactamente lo que se había dicho que iba», le dijo a la imputada.

Informe de credibilidad

El método que usó la psicóloga para este «informe de credibilidad» sobre la menor fue, según explicó ante el juez es que «yo hice las preguntas de una manera como siempre las había hecho en todo procedimiento, las iniciales abiertas, las suficientes como para que cualquier niño que quisiera decir algo sobre los abusos pudiera decirlo (…)». Esa práctica en el documento se resume en: «Tras invitarla a hablar de todo aquello que ella vea que es importante que conozcamos, Maite inicia su relato de forma espontánea», escribió Martínez en su informe. Según el documento de la psicóloga de la Consejería de Oltra la menor relató que «tiene recuerdo de haber pasado miedo que asocia el temor a quedarse a oscuras en su habitación (…)». La niña también habló de «un educador de noche, que un día casi la ahoga. Ella estaba en el suelo y él le sujetaba los brazos y le ponía la rodilla en la espalda».

Durante la declaración de la funcionaria de la Consejería el juez preguntó también sobre la conclusión: «no ha aparecido ningún indicio, palabra o frase a partir de la cual pudiéramos investigar la posibilidad de la existencia…» y añade «y esto es interpretado a partir de esta frase tan compleja por todo el mundo como que no había indicio alguno de que la niña hubiera sido presuntamente abusada». La respuesta fue tan escueta como reveladora: «Posiblemente sí».

Casi al final del testimonio de la psicóloga el juez le pregunta: «¿Por qué a la vista de que ella no decía nada no empezó a hacer preguntas abiertas pero abordando el tema, como por ejemplo, sí hizo la psicóloga Señora Añón del Instituto Espill cuando le derivaron a la niña?». La psicóloga justificó que «yo lo hice tal y como lo he hecho siempre, como en todos los casos que he hecho tanto aquí como en el IML. Mi proceder siempre ha sido el mismo y he visto muchos (…) es como me han enseñado, no me lo he inventado (…)» y añadió que «me dijo otras muchas cosas que a lo mejor tampoco tenía que haberme dicho» a lo que el juez replicó que «muchas cosas no le dijo porque esto está recogido en un folio y cuarto», que es precisamente el espacio que ocupó el informe de la psicóloga de la Consejería de Igualdad de Oltra. Esta práctica y otras son las que ha provocado que el Juzgado diera traslado de la causa al Tribunal Superior de Justicia de Valencia, ya que Oltra es aforada regional y no puede ser investigada sin el dictamen afirmativo de este Tribunal.

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