Esto es lo que buscaba Tebas en los servidores: correos de Rubiales, nóminas y archivos confidenciales
El presidente de La Liga, Javier Tebas, y su gran aliado, Gerardo González, sólo tenían un objetivo, como se lo confesaron a un trabajador de la RFEF: dar «un golpe de Estado en el deporte español cargándose a Luis Rubiales, presidente de la Real Federación Española de Fútbol (RFEF) y a Alejandro Blanco, el presidente del Comité Olímpico Español». Y por ese motivo le preguntaron si él «podía entrar todavía en los servidores de la Federación» para poder hacerse con «munición y papeles» con los que acabar con Rubiales.
Si lo que buscaban era munición gruesa, los servidores de la Federación guardan un arsenal: correos electrónicos internos, contratos, las nóminas de los trabajadores, información sobre las cuentas corrientes, gastos, ingresos, datos sobre los proveedores, facturas de los clientes y todo tipo de documentos privados, cientos de gigas de archivos y, sobre todo, los correos electrónicos de Luis Rubiales, el arma más preciada que buscaba Tebas para acabar con el presidente de la Federación. El Tebas que defendía su inocencia hace una semana afirmando «no estar detrás de lo de Rubiales» era el mismo que mostraba un inusitado interés por el material custodiado por los informáticos de la Federación preguntándole al trabajador de la RFEF: «¿Puedes entrar todavía en los servidores?».
El acceso a los servidores como en toda empresa es extremadamente restringido. Entre las pocas personas que tienen permisos para ello en la Federación estaba Miguel García Caba, vicesecretario de la Real Federación Española de Fútbol (RFEF), un prestigioso jurista con un currículo sobradamente acreditado. Y para que Caba les diera acceso a los servidores, aquel 28 de mayo, trataron de sobornarle ofreciéndole un puesto de trabajo en La Liga con un sueldo de 150.000 euros al año a cambio de “munición” para cargarse a Luis Rubiales.
Según las fuentes consultadas, Tebas y González Otero supieron del momento de debilidad de García Caba en la RFEF y le incitaron a cometer actos delictivos garantizándole un futuro laboral y un sueldo de 150.000 euros si les proporcionaba información en la trama orquestada por el presidente de patronal para terminar con Rubiales. García Caba vio rápido por dónde iban los tiros y quiso protegerse grabando las diferentes reuniones que mantuvo con ellos.
“Oye, nosotros necesitamos munición, tío. A estas alturas no podemos estar… Necesitamos papeles. Ya nos protegeremos nosotros, pero papeles”, le espetó González Otero a García Caba. La afirmación del colaborador de Tebas da a entender que la campaña de desprestigio contra Rubiales en los medios de comunicación no estaba teniendo la repercusión que ellos esperaban. Por este motivo tenían tanto interés en poder hacerse con documentación en soporte físico. Es decir, los codiciados servidores de la Federación.
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