'QATARGATE'

López Aguilar también defendió liberar de visados a Kuwait, que ahorcó a siete personas 15 días antes

Qatargate
Al Marri, ministro de trabajo qatarí, y López Aguilar.

El eurodiputado socialista español, Juan Fernando López Aguilar, -en el ojo de la controversia por el papel desempeñado con los investigados en la trama del Qatargate- añade un nuevo capítulo a la dudosa manera con la que manejó el informe de liberalización de visados a Qatar y Kuwait que precedió a la mayor trama de corrupción del Parlamento Europeo. Implacable con los gobiernos de Polonia y Hungría, a quienes desde la presidencia del comité de LIBE (Libertades civiles, Justicia y Asuntos de Interior) del Parlamento Europeo, López Aguilar ha atizado día sí día también por un supuesto quebrantamiento del Estado de Derecho, las violaciones sistemáticas de los derechos fundamentales en los países del Golfo fueron blanqueadas por el español. Sólo dos semanas antes, el pasado 16 de noviembre, siete ciudadanos fueron ejecutados por el Gobierno de Kuwait, los primeros en el país en los últimos cinco años.

El propio López Aguilar aseguró en un medio local, Kuwait Times, estar al tanto de estas ejecuciones: «Han supuesto, como la pena de muerte, un duro golpe para el proceso», sin que, en ningún caso, ese «duro golpe» supusiera cambio de opinión alguno. Sí que especificó López Aguilar que para garantizar la exención de visados se le impuso «una enmienda a Kuwait en el sentido de que deben auto imponerse una moratoria en la pena de muerte».

Algo parecido hizo López Aguilar la pasada semana con su oposición en Estrasburgo a la resolución que condenaba los ataques a periodistas por parte de Marruecos. OKDIARIO ya adelantó el 21 de diciembre que el ex ministro de Justicia español, bajo el Gobierno de Rodríguez Zapatero, se encargó de lavar la imagen de los qataríes ante el pleno del Parlamento Europeo sin inmutarse. Ocurrió el 21 de noviembre en el mismo debate donde la eurodiputada socialista griega, Eva Kaili, también se había encargado de hablar de las bondades de la autocracia qatarí.

López Aguilar soltó aquella frase de «el Parlamento Europeo no puede exigirle (a Qatar) nuestros mismos estándares de derechos fundamentales» para concluir que el camino adecuado era la exención de visados «porque incentiva, a través del intercambio, la mejora en los derechos humanos y las libertades». El ex ministro español era consciente de que quedaban 10 días para que la comisión que él preside diera, con numerosas irregularidades ya denunciadas por OKDIARIO, luz verde para que los qataríes y los kuwaitíes atravesaran el espacio Schengen con nada más que con su pasaporte.

Ése era también el objetivo que la trama de corrupción del Qatargate se había propuesto sacar adelante y cuyos principales cabecillas y amigos de López Aguilar, Antonio Panzeri y Francesco Giorgi, estaban trabajando por orden del ministro de Trabajo qatarí, Ali bin Samikh Al Marri.

Timing medido por el Qatargate

El tiempo de trabajo estuvo milimétricamente medido. En octubre de 2021, Al Marri llegó a la cartera de Trabajo en el Gobierno de Qatar. Dos meses después, el alma del Qatargate, Antonio Panzeri, le organizó su agenda de visita con sus amigos en Bruselas. Dichas visitas incluyeron una reunión con la eurodiputada socialista belga destituida, Marie Arena; el líder sindicalista europeo, Luca Visentini, inicialmente detenido por haber recibido de la ONG de Panzeri, Fight Impunity, 50.000 euros para su compaña electoral; y, como no, con el ex ministro español, Juan Fernando López Aguilar.

Aquella reunión entre Al Marri y López Aguilar no fue registrada en los ficheros de Transparencia del Parlamento Europeo, incumpliendo el español uno de los principios elementales de comportamiento ético de la Eurocámara. En aquel encuentro ya trataron ambos de la liberalización de visados a Qatar, sin haber estado aún en la mesa de la Comisión Europea, y sin que Al Marri fuera el ministro del Interior, que es quien gestiona como en España los asuntos de los visados.

Luz verde de la Comisión Europea

Curiosamente, cuatro meses después, en abril de 2022, la Comisión Europea aprobó un documento sobre la exención de visados a Qatar y a Kuwait que pasó para su tramitación a la comisión de LIBE que dirige el socialista español. Días después, el ministro qatarí de Trabajo, Al Marri, y López Aguilar volvieron a verse en Bruselas. En julio de 2022 se eligió a un relator para el informe de las exenciones de visados, el diputado alemán de los Verdes, Erik Marquardt, quien por supuesto defendió la liberalización de visados.

Encuentros en Bruselas

En octubre de 2022, Al Marri llega con su equipo de nuevo a Bruselas. Lo hizo el día previo en el que la comisión de López Aguilar tuviera que discutir el informe que había preparado el diputado alemán a favor de la exención de los visados a Qatar, es decir, el 10 de octubre. El mismo día, Al Marri recibió en la habitación de su hotel a Antonio Panzeri y Francesco Giorgi. Los dos salieron tras hora y media de reunión con una bolsa supuestamente llena de dinero, según grabó las cámaras de seguridad del hotel. Al día siguiente, el autor del informe, Erik Marquardt también se reunió con el padrino del Qatargate. Mientras todo eso pasaba, López Aguilar se encontraba en otro de sus viajes exóticos, de observador electoral con el ex ministro español del PP García Margallo, con Javier Nart y Leopoldo López en Lesoto.

Un mes después, lo que todo parecía ir sobre ruedas para lograr su aprobación se empezaba a truncar con el anuncio por parte del Gobierno de Kuwait de ejecutar el 17 de noviembre mediante el ahorcamiento de siete personas tras un paréntesis de cinco años.

Tres días antes, López Aguilar se había reunido con el embajador de Kuwait ante la UE, Nawaf N. Alenezi, quien estaba preocupado con que su país pudiera quedarse fuera de los beneficiados de la exención de visados por el voto contrario de decenas de diputados. López Aguilar no puso objeciones a la tramitación del informe y tranquilizó al representante kuwaití.

La trama del Qatargate impulsó una contraofensiva a través de las enmiendas. Por un lado, meter a otro sultanato por la puerta de detrás, Omán, para que se le pudiera eximir de los visados, y que los españoles presentaran una enmienda que introdujera a Ecuador para acaparar el voto sentimental y transversal de todos los eurodiputados españoles.
De presentar a Omán a través de una enmienda se encargó el socialista italiano y exalcalde de Milán, Giuliano Pisapia, amigo de Panzeri y cuya contable (Rossana Bellini) detenida la semana pasada por la Policía italiana, había sido concejal de Hacienda de Pisapia.

López Aguilar se encargó, junto con sus inseparables socialistas, Pietro Bartolo o Javier Moreno Sánchez, de que Ecuador fuera añadido en la resolución final como país exento de visados. También se les pidió a los parlamentarios del PP que hicieran lo propio. La jugada salió redonda, ningún eurodiputado español se opuso a la votación final, en la que el Qatargate logró que tres países del Golfo, Qatar, Kuwait y Omán, se beneficiaran de la liberalización de visados, con la introducción también de Ecuador. Nueve días después, el fiscal belga, Michel Claise, impidió que esta votación trufada de irregularidades fuera llevada a votación y haber creado una crisis diplomática de dimensiones descomunales.

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