Donald Tusk alerta de que las negociaciones del Brexit podrían convertirse en «imposibles»
El presidente del Consejo Europeo, Donald Tusk, ha advertido este jueves que las negociaciones del Brexit podrían convertirse en «imposibles» si las partes discuten demasiado, en relación a las acusaciones de interferencia profesadas por la primera ministra británica Theresa May.
«Estas negociaciones son bastante difíciles como tal. Si empezamos a discutir antes de que empiecen, se convertirán en imposibles», declaró Tusk durante una rueda de prensa en Bruselas.
Por su parte, la Comisión Europea ha asegurado que no responderá a las críticas de la primera ministra británica, Theresa May -que la víspera apuntó a Bruselas para decir que «algunos» quieren interferir en las elecciones del 8 de junio-, porque el Ejecutivo comunitario está «muy ocupado con su trabajo» y ya ha «agotado los 30 minutos semanales» que piensa dedicarle al proceso del ‘Brexit’.
«Aquí en Bruselas estamos muy ocupados con nuestro trabajo de políticas, tenemos mucho que hacer (…) y no vamos a ‘brexitizar’ nuestro trabajo», ha avisado en una rueda de prensa el portavoz jefe de la Comisión Europea, Margaritis Schinas.
Schinas ha recordado que la política del Ejecutivo comunitario es «no hacer comentarios sobre declaraciones», aunque no son «naif» y en Bruselas son conscientes de que en periodo de campaña electoral la gente «está excitada».
Además, se ha hecho eco de las palabras de un alto funcionario del equipo del presidente Jean-Claude Juncker, que en una conferencia la víspera dijo que el presidente de la Comisión no dedicaría «más de media hora» cada semana al proceso de divorcio de Reino Unido.
«El espacio de 30 minutos semanales que vamos a dedicar al ‘Brexit’ se han agotado para esta semana», ha zanjado Schinas, quien ha aclarado que cuando se constituya el nuevo Gobierno británico tras las elecciones la Comisión volverá a estar «muy ocupada, de manera constructiva» para culminar con éxito las negociaciones de salida.
También el presidente del Parlamento Europeo, el conservador italiano Antonio Tajani, se ha referido a la polémica y al ser preguntado en una rueda de prensa ha asegurado que «nadie» en Bruselas aspira a interferir en la campaña británica, al tiempo que ha apostado por escuchar sólo «declaraciones oficiales» y no «rumores recogidos por la prensa».
Tajani ha pedido que no se entienda como un ataque o «malas palabras» que desde la UE se defienda que es «mejor» ser parte del club que «estar fuera». «Es mi opinión, la opinión de muchos europeos y, creo, también de una mayoría de la opinión pública británica ahora», ha sostenido.
Además ha definido al negociador de la UE, el ex comisario francés Michel Barnier, como un «excelente negociador», pero ha dejado claro que «no es un fundamentalista».
Por ello, el presidente de la Eurocámara se ha mostrado «optimista» respecto a las posibilidades de concluir con éxito las negociaciones, aunque ha admitido que será un proceso «difícil».
Finalmente ha recalcado que en campaña electoral «uno es más duro» en sus declaraciones y ha recordado que las verdaderas negociaciones no empezarán hasta después de la cita electoral en Reino Unido el 8 de junio.
Días de polémica
La tensión entre Londres y Bruselas ha ido en aumento en los últimos días, a raíz de la filtración a la prensa de algunos detalles de la cena que el pasado miércoles compartieron May y el presidente de la Comisión Europea, Jean-Claude Juncker, quien el sábado dijo en una rueda de prensa que «algunos» en Reino Unido han «subestimado la complejidad» del proceso de desconexión.
Según la versión que fuentes europeas relataron al diario alemán Frankfurter Allgemeine Zeitung (FAZ), Juncker se confesó «diez veces más escéptico» sobre las posibilidades de un acuerdo tras cenar con May y llamó a la canciller alemana, Angela Merkel, para trasladarle esa frustración. Al día siguiente, Merkel arremetió contra las «ilusiones» que se habían creado en el bando británico.
En el encuentro, el jefe del Ejecutivo comunitario habría advertido a la ‘premier’ que la Unión Europea «no es un club de golf», por lo que pactar la salida del bloque exigirá negociaciones complejas y técnicas y que el Estado miembro que se divorcia cumpla con sus obligaciones presupuestarias.