Cientos de partidarios de Bolsonaro asaltan el Congreso, el Supremo y el palacio presidencial en Brasil

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Partidarios del ex presidente brasileño Jair Bolsonaro han irrumpido este domingo en el edificio del Congreso Nacional en Brasilia en Brasil, el Tribunal Supremo Federal y el Palacio de Planalto. Todavía así, había un número limitado de personal dentro de los tres edificios. Los manifestantes han entrado por la fuerza en el edificio del Congreso, pidiendo una intervención militar para derrocar al actual presidente izquierdista, Luiz Inácio Lula da Silva, condenado por corrupción, que ha tomado posesión de su cargo hace una semana.

Sin embargo, Lula da Silva no se encontraba en ninguno de los tres edificios en el momento del asalto, ya que tenía programado un viaje oficial en el estado de Sao Paulo. Lula da Silva, que ha reconocido que durante su anterior mandato hubo corrupción, ha preferido seguir desde allí en un primer momento los acontecimientos, acompañado de los ministros de Trabajo, Luiz Marinho; Ciudades, Jader Filho, y Desarrollo Nacional, Waldez Góes. Mientras, la presidenta del Tribunal, la ministra Rosa Weber, se ha situado al frente de la crisis durante el tiempo que ha tenido lugar el asalto.

Alrededor de cinco horas después de que empezase el ataque al Palacio Nereu Ramos, sede del Congreso, el presidente de Brasil, que ha ofrecido una rueda de prensa de urgencia en la que ha prometido que el Gobierno «encontrará a todos los vándalos serán castigados», ha decretado la intervención federal en Brasilia. La medida, que se prolongará hasta el 31 de enero, está orientada a devolver el orden a las calles de Brasilia. Son «fascistas fanáticos», ha señalado para indicar que «no hay precedentes» en la historia de Brasil de unos hechos similares.

Congreso Brasil
Seguidores de Bolsonaro invaden el Congreso en Brasilia. (EVARISTO SA _ AFP)

Poco después de su intervención, las Fuerzas de Seguridad han anunciado que ya han recuperado del control del Congreso, el Tribunal Supremo Federal y el Palacio de Planalto.

Al cierre da esta edición, cuando ya se habían detenido al menos a 170 personas, Bolsonaro se ha pronunciado sobre el ataque al Congreso, el cual se encuentra en Florida (Estados Unidos), a través de redes sociales tras varias horas de silencio. «Las manifestaciones pacíficas, en forma de ley, forman parte de la democracia», ha indicado Bolsonaro en un primer mensaje para proseguir afirmando que «las invasiones de edificios públicos, como las ocurridas hoy, así como las practicadas por la izquierda en 2013 y 2017, escapan de la norma».

Los partidarios de Bolsonaro, que vestían camisetas amarillas y verdes y banderas brasileñas, han atacado algunos vehículos de la Policía Brasileña, la cual se ha enfrentado con gases lacrimógenos a cientos de partidarios del ex presidente, Jair Bolsonaro.

Las inmediaciones del Congreso han sido acordonadas por las autoridades, pero los bolsonaristas, que se niegan a aceptar la elección de Lula da Silva, retiraron las vallas de seguridad y decenas de ellos subieron la rampa del edificio para ocupar la azotea.

Las impactantes imágenes, que recuerdan al asalto del Capitolio en Estados Unidos, muestran una marea humana intentando entrar en el edificio de arquitectura moderna, sede de la Cámara de Diputados y del Senado. Sin embargo, ha conseguido su objetivo un grupo muy reducido de participantes, el cual sí ha provocado grandes destrozos dentro de la estructura del edificio.

Los manifestantes, que habían acampado en las inmediaciones, se han organizado en los últimos días a través de grupos de redes sociales de apoyo al ex presidente con la intención de «rodear Brasilia» y «pararlo todo».

Los manifestantes abandonaron el Cuartel General del Ejército, en el Sector Militar Sur, en torno a las 13.30 horas (17:30 en España), donde habían acampado para pedirle a los militares que interviniesen en contra de Lula, en dirección a la Explanada, con pancartas en las que se leía: «Fuerzas Armadas, acatad vuestro juicio» y «Para liberar a Brasil del comunismo».

El secretario de Seguridad del Distrito Federal, Anderson Torres, que ha condenado los ataques, ha anunciado que ha ordenado medidas inmediatas para restablecer el orden en el centro de Brasilia.

El presidente del Congreso Nacional, Rodrigo Pacheco, que también se ha expresado en ese sentido a través de redes sociales, ha informado que se ha puesto en contacto, por teléfono, con el gobernador del Distrito Federal, Ibaneis Rocha. «El gobernador me informó que está concentrando los esfuerzos de todo el aparato policial para controlar la situación», ha señalado Pacheco.

El ministro de Justicia y Seguridad Pública, Flávio Dino, ha criticado los actos de violencia. «Este absurdo intento de imponer la voluntad por la fuerza no prevalecerá», ha señalado desde Brasil, un país muy dividido, donde los seguidores de Bolsonaro y Lula no se consideran legítimos, respectivamente.

Lula da Silva ha vuelto al poder después de haber ganado a Bolsonaro en unas elecciones presidenciales por un estrecho margen muy divididas, lo cual se puso de manifiesto cuando Bolsonaro no acudió a la toma de posesión al tener un viaje programado a Florida (Estados Unidos).

Lula da Silva se ha podido presentar a estas elecciones tras ver su condena anulada después de pasar 580 días en la cárcel por una sentencia de corrupción, que ha lastrado su carrera política. Sin embargo, esta revocación ha servido para que Lula da Silva se considere inocente, aunque en realidad el tribunal anuló su sentencia al entender que no se le habían respetado sus derechos durante el proceso llevado a cabo por el entonces juez Sergio Moro. Un juicio en el que, Lula da Silva, líder del Partido de los Trabajadores, fue hallado culpable por los delitos de corrupción pasiva y lavado de dinero. Una corrupción, al menos la de dentro de su partido, como se ha indicado anteriormente, reconocida por el propio Lula da Silva.

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