¿Llegará un nuevo mecanismo de repartición de refugiados en la UE?
La nueva presidenta de la Comisión, Ursula von der Leyen, ya ha esbozado sus principales líneas de acción en la gestión de flujos migratorios y ha pasado a la acción con la cooperación con los países de origen y de tránsito de la migración, arriba en la agenda de Von der Leyen. Para ella, y para un ala de la Unión, el foco de debe poner sobre los países origen y tránsito de las personas que de forma masiva abandonan sus países y cruzan las fronteras de manera ilegal.
Su primera visita oficial como oficial europea fue a Paris donde se reunió con el presidente Emmanuel Macron con el que discutió la iniciativa franco-alemana para impulsar un mecanismo temporal para resolver los desembarcos y distribuir a los migrantes rescatados en buques de ONG en el Mediterráneo y que busca establecerse como el mecanismo de referencia en la gestión de uno de los principales rompecabezas de la Unión.
El mecanismo de repartición se basa en la solidaridad de los Estados Miembros algo que en si resulta un reto en el momento actual de la UE y especialmente tras el fracaso del sistema de cuotas obligatorias para reubicar a refugiados, el último plan de la Unión en materia migratoria. Von der Leyen, en la misma línea la canciller Angela Merkel, la solidaridad entre los países de la UE en materia migratoria es fundamental para que la Unión avance en el manejo de la tragedia humana.
Se trata de un plan temporal, en un principio hasta finales de año, que busca agilizar el desembarco de migrantes y refugiados rescatados en el Mediterráneo Central y distribución posterior, para que los países de desembarco no sean los únicos responsable a la hora de afrontar el reto, a cambio de que un grupo sustancial de países se comprometa de forma voluntaria a acoger a un número de ellos. La situación en Libia, con una situación humanitaria preocupante, fue uno de los temas centrales con los líderes que hicieron un llamamiento a las autoridades libias a proteger la vida de los migrantes y demandantes de asilo que han llegado, y continúan haciéndolo, a ese país.
Hasta catorce países de la Unión Europea han dado ya su «acuerdo de principio» a la iniciativa franco-alemana para la repartición de refugiados, de los cuales ocho ya tienen una participación «activa». El mandatario francés aseguró que la implicación de los Estados en ese mecanismo de solidaridad será un elemento clave en el próximo presupuesto comunitario. «Debemos reforzar la eficacia de la cooperación europea», señaló Macron, que resaltó que no permitirá que se cree «una UE a la carta», según recoge Efe. Macron añadió que otro de los propósitos de ese mecanismo será impulsar mecanismos conjuntos de devolución a sus países de origen a las personas que no tienen derecho de asilo, «de forma voluntaria u obligatoria».
«Las discusiones sobre el establecimiento de un mecanismo temporal y predecible para el desembarque de personas después de haber sido rescatadas en el mar, y compartir la responsabilidad entre los Estados para recibirlas después, fueron prometedoras. Alentamos a que estas charlas continúen avanzando. Un enfoque conjunto a esta situación es de interés para todos», aseguraron el Alto Comisionado de la ONU para los Refugiados, Filippo Grandi y el Director General de la OIM, António Vitorino, en una declaración conjunta
La propuesta deja en el aire cuestiones importantes como si la distribución incluiría sólo a refugiados o también a los llamados «inmigrantes económicos» que no tendrían a priori derecho a asilo en la Unión Europea, como pide Italia pero rechaza Países Bajos y tampoco estipula los puertos de desembarco ni impone cuotas por países, recoge Europa Press.
Roma exige que Italia y Malta no sean los últimos países abran sus puertos y pide que otro país también habiliten sus puertos, aunque Francia rechaza esta petición, han explicado fuentes europeas consultadas por Europa Press que explican que las propias ONG sostienen que España les pila «muy lejos» y prefieren un puerto más próximo. La campaña de Matteo Salvini, ministro del Interior italiano, es asegurar que Francia y Alemania no pueden decidir las políticas migratorias ignorando las demandas de los países más expuestos.
División en la UE
Una fuente cercana a la presidencia francesa dijo a Reuters que además de Francia y Alemania, Finlandia, Luxemburgo, Portugal, Lituania, Croacia e Irlanda también habían señalado una clara intención de avanzar con un nuevo sistema. Países Bajos ha aceptado acoger a refugiados pero rechaza la posibilidad de trasladar a su país a inmigrantes económicos. No se sabe la posición de los otros cinco. Las existentes divisiones en la UE, entre el norte y el sur y entre el este y el oeste emergen una vez más. España no se opone a esos acuerdos temporales, pero pide que incluyan a todos los rescatados, tanto por barcos de ONG como por los buques de salvamento marítimo de cada Estado.
El control de los flujos migratorios es uno de los mayores rompecabezas que debe gestionar el bloque comunitario. Un mecanismo de solidaridad intra-UE para la reubicación de solicitantes de asilo lleva encima de la mesa desde que irrumpiera la crisis de los refugiados. La importancia es que pueda ser activado de manera sencilla y rápida cuando sea necesario.
Pese a las buenas intenciones la realidad es que la UE no ha logrado un acuerdo para resolver el desembarco y reparto de inmigrantes rescatados en el Mediterráneo. Las posibles soluciones prácticas y justas en el Mediterráneo viven ahora un impulso, que puede ser una de las pocas oportunidades que existen para abordar la tragedia humanitaria en las fronteras de la Unión Europea. Además, el consenso es cada vez mayor de que los esfuerzos se tienen que centrar en abordar las causas y motivos por las que las personas abandonan sus hogares en primer lugar. Por ello una política migratoria común tiene que ir de la mano de la estrategia de cooperación con África y con un profundo plan África de la UE.
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