Estados Unidos se prepara para la Super Bowl con mayor grado de seguridad desde el 11S

Entre los ataques en París del pasado mes de noviembre existieron atacantes relacionados con el Estado Islámico, suicidas armados con bombas que trataron de entrar al Stade de France durante un partido de fútbol. Ese suceso provocó el miedo a que el Estado Islámico pudiese empezar a tener como objetivos eventos deportivos con grandes afluencias de público.

El FBI tiene prohibido revelar en qué se diferenciará su dispositivo de seguridad para la Super Bowl de este año con respecto a ediciones anteriores, ya de por sí con un fuerte elemento policial en torno a ellas. Pero, por el momento, cientos de efectivos policiales están desplegándose por el área metropolitana de la ciudad de San Francisco, vecina limítrofe de Oakland al norte de California y unos 50 kilómetros al norte de Santa Clara, donde está situado el Levi’s Stadium.

Según las autoridades, de suceder un incidente habría más posibilidades de que fuese fuera del Levi’s Stadium

Sí que se sabe que el FBI desplegará comandos SWAT, artificieros expertos y técnicos en recolección de pruebas para tener cubierto el peor escenario sobre el terreno. Por vía aérea contarán con aviones y helicópteros ya durante los eventos complementarios que están planeados para esta semana.

El departamento de Seguridad dispondrá un detector gigante de rayos X para analizar todos los vehículos de carga que accedan al estadio, mientras que los aficionados estarán vigilados también mediante los llamados ‘equipos VIPR’ (prevención y respuesta visible intermodal), que incluyen agentes encargados de analizar el comportamiento de grandes masas de gente.

Según han analizado las autoridades, de existir una amenaza, habría una mayor posibilidad de que el peligro estuviese fuera del estadio, y no tanto en su interior. Por supuesto, el espacio aéreo quedará cerrado, permitiéndose el vuelo solo a aeronaves espaciales. En Estados Unidos, el tráfico aéreo por encima de áreas metropolitanas suele estar bastante más permitido a vuelos particulares, para los que los únicos límites suelen ser las rutas militares y las cercanías a los grandes aeropuertos comerciales.

Dada la cercanía a la bahía de San Francisco, también se dispondrá esta vez de una zona de exclusión marítima.

El teniente de la policía local de Santa Clara Kurt Clarke ha reconocido que “existe un delicado balance entre la máxima seguridad y los derechos constitucionales de la gente, que no queremos infringir”.

Entre FBI, policías locales, estatales y diversas compañías de seguridad, hasta 60 entidades están teniendo que colaborar para coordinar toda la seguridad en torno al evento. Será la Super Bowl más vigilada desde la celebrada el año 2002, la primera posterior a los ataques del 11-S en Nueva York.

Todo este ‘big data’ de seguridad se procesará en uno de los mayores centros dedicados a esta tarea de todo el mundo, el Northern California Regional Intelligence Center, que se encuentra precisamente en la ciudad de San Francisco

Evidentemente, la única forma de no compartir datos con las fuerzas de seguridad, voluntaria o involuntariamente, durante la semana de la Super Bowl será no acercarse al ‘Bay Area’ californiano, y ser uno de los centenares de millones de espectadores que seguirán el encuentro entre los Denver Broncos y los Carolina Panthers por televisión por todo el mundo, unos cien millones de audiencia esperada en Estados Unidos.