Bolsonaro está dispuesto a permitir la apertura de una base militar de Estados Unidos en Brasil
El nuevo presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, ha asegurado en las últimas horas estar abierto a la posibilidad de establecer una base militar estadounidense en territorio brasileño, lo que supondría un fuerte cambio en la política exterior del país.
«Dependiendo de lo que suceda en el mundo, quién sabe si no tendríamos que discutir esa cuestión en el futuro», ha aseverado en relación a la base estadounidense. «Brasil busca tener supremacía en Sudamérica», ha añadido.
Las palabras de Bolsonaro, que tomó posesión el martes como presidente de Brasil, han tenido lugar poco después de alertar del apoyo de Rusia a la «dictadura» del presidente venezolano, Nicolás Maduro, en el país vecino.
El líder de extrema derecha está revirtiendo una política exterior que se remonta a más de una década, bajo la que el izquierdista Partido de los Trabajadores (PT) hizo hincapié en las relaciones entre los países del sur y, a veces, se enfrentó a Washington en el escenario internacional.
Bolsonaro, de 63 años y capitán retirado del Ejército, busca incrementar los lazos con Estados Unidos e Israel. El asesor de seguridad nacional de Bolsonaro, Augusto Heleno, ha confirmado que el mandatario quiere trasladar la embajada de Brasil en Israel a Jerusalén, pero que varias consideraciones logísticas se han interpuesto hasta el momento en el camino.
Pensiones
El jefe del gabinete presidencial de Brasil, Onyx Lorenzoni, ha destacado por su parte el compromiso del Gobierno de Bolsonaro con la aprobación de una ambiciosa reforma al sistema de pensiones.
A comienzos de la próxima semana cada ministro anunciará su prioridad inmediata, tal y como ha señalado Lorenzoni.
El dirigente brasileño ha prometido liberalizar la economía de Brasil, librar al país del «socialismo», aplacar las violentas bandas del narcotráfico y promulgar medidas conservadoras en áreas como educación.
El miércoles, Bolsonaro presentó planes para intensificar las privatizaciones, endurecer las pautas de sentencias de prisión y entregar el control sobre las reclamaciones de tierras indígenas al Ministerio de Agricultura.