ENTREVISTA AL EX MINISTRO URIBISTA EXILIADO EN EEUU

Andrés Felipe Arias: «Creen que Colombia es una democracia pero no, soy un perseguido político»

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Andrés Felipe Arias, ex ministro de Agricultura de Colombia, en conversación con OKDIARIO.

Andrés Felipe Arias fue ministro con Álvaro Uribe (2002-2010) en Colombia, después aspiró a la Presidencia de la República y hoy es un proscrito, exiliado en EEUU, condenado a 17 años de cárcel por unas irregularidades en un programa agrícola de las que nunca se demostró que él supiera o cobrara algo. Hoy, Juan Manuel Santos reclama su extradición para que cumpla condena, pero además de temer por su vida, amenazado por las FARC, Arias quiere demostrar que es «un perseguido político».

Pregunta.– Usted dice ser un perseguido político del presidente Santos, ¿por qué?

Respuesta.– Yo soy un perseguido político del Gobierno de colombia porque hice parte del Gobierno del presidente ÁlvaroUribe, porque defendí y sigo defendiendo una línea de pensamiento que se opone a lo que el Gobierno colombiano está haciendo con las FARC. Y por haber defendido esto y por haber aspirado a la Presidencia de la República para defender las ideas de Álvaro Uribe, he sido perseguido. Lo mismo que a muchísimas personas que están en mi situación.

P.– Por qué se ha ensañado con usted el presidente Santos. ¿Qué tiene de especial su caso?

R.– Somos muchos los perseguidos. La mayoría ya en cárceles en Colombia, otro en el exilio como yo. Yo pude haber sido presidente de Colombia defendiendo las tesis de la seguridad, la justicia y la libertad. Por haber aspirado a la Presidencia y porque el Gobierno de Colombia y las FARC saben que yo mantendría esa línea de pensamiento en oposición al comunismo y a lo que han hecho en Cuba y en Venezuela es por lo que se han ensañado especialmente conmigo. Pero no soy el único.

P.– ¿Por qué lo condenaron y qué pruebas había en su contra?

R.– A mi me condenaron por un delito que no cometí. Y confeccionaron una condena de la forma más atroz que cualquier persona pueda imaginar. Unas pocas personas cometieron un fraude con un programa del Ministeiro de Agricultura cuando yo lo dirigía. Esas personas reconocieron el fraude, reconocieron el delito y reconocieron que no tenían nada que ver conmigo, que no me dieron nada, que no me conocía. Y aun así, la Corte Suprema de Justicia de Colombia, por presión del Gobierno colombiano, me condenó. La condena reconoce que no hay testigos ni documentos que corroboren mi delito. es decir, me condenaron por sospecha. Y por un peculado [cohecho] en favor de unos terceros que no me dieron nada, ni me conocían, ni tuvieron nada que ver conmigo… Es una condena absurda y atroz. Y lo más triste de todo, es que yo pedí una segunda instancia , es un derecho de todos los seres humanos, y me la han negado sistemáticamente. A mí y a todos los ex ministros del presidente Uribe. Ya lo hemos denunciado en Ginebra ante la ONU.

P.– ¿Qué otros ministros del señor Uribe han sufrido lo que usted?

R.– Un ministro del Interior, en la cárcel; uno de Salud, en la cárcel; dos ministros de la Presidencia, en la cárcel; la directora de Inteligencia, en la cárcel; el Alto Comisionado para la Paz del presidente Uribe, exiliado en Canadá; el gerente de la campaña de nuestro partido político en las últimas presidenciales, exiliado en EEUU; el hermano del presidente Uribe, en la cárcel; los hijos del presidente Uribe, judicializados en Colombia… Es una persecución sistemática. Cada vez que una persona aspire a la Presidencia de la República para defender esta línea de pensamiento, yo le garantizo que va a terminar siendo judicializada en Colombia por cualquier delito que le confeccionen. No importa qué hizo, lo que importa es quién sea esa persona y qué ideas defienda.

P.– ¿Ya no cree en la Justicia colombiana?

R.– Si usted mira lo que está ocurriendo en la Justicia de mi país, ve que se está acabando la democracia en Colombia. Hoy muchos no lo creen, como no lo creían enVenezuela hace 10 años. Pero para allá vamos. Entiendo que Santos tiene el Nobel, que ha estado con el Papa comparándose con San Francisco de Asís, pero no importa lo que haga, los hechos son tozudos. Y si usted me responde por qué para las FARC no hay tratado de extradición y para mí sí, ese día entenderé yo que ese hombre sí es un Nobel de la Paz. Creen que Colombia es una democracia, pero no es así.

P.– ¿En qué situación está ahora mismo su proceso de extradición?

R.– Mi proceso está suspendido porque pudimos demostrar  que no existe un tratado de extradición vigente entre Colombia y Estados Unidos. Y por lo tanto no hay jurisdicción para que a mí me extraditen. Pero, en el ensañamiento feroz del Gobierno colombiano en mi contra, acaban de enviar una nota diplomática a EEUU diciendo que, aunque es cierto que no hay tratado, EEUU debe entender que en mi caso sí me tienen que aplicar el tratado. Es decir, la Cancillería de Colombia le acaba de informar a EEUU que deben aplicar el tratado selectivamente en contra de mí. Eso es una ruptura tan grande del derecho que evidencia el ensañamiento. Tan no hay tratado que ésa es la razón por la cual el Gobierno colombiano le puede ofrecer y cumplir a las FARC que no serán extraditados a EEUU. Lo reconoció Santos cuando extraditó al narco Walid Mackled a Venezuela, lo reconoció hace 20 días el mismo ministro de Justicia… no hay tratado.

P.– ¿Usted está amenazado directamente por las FARC?

R.– Sí. desde que yo trabajé en el Gobierno del presidente Uribe y especialmente cuando fui candidato a la Presidencia, recibí varias amenazas y tengo documentados dos posibles atentados que iban a cometer contra mí. También tengo documentado la forma en que no tuve la protección suficiente en Colombia y la forma en la que el propio Estado colombiano le entregó a los medios de comunicación mis movimientos y los de mi familia, cuando eso era algo privado para mi propia protección.

P.– Eso que dice usted es muy grave, está acusando a Santos de connivencia con las FARC para que lo eliminen…

R.– Sólo puedo decir es que si yo regreso a Colombia a una cárcel mi vida corre mucho peligro. Porque tengo documentadas amenazas de muerte de las FARC, dos atentados y ahora las FARC están llegando al poder.

P.– ¿De verdad cree eso? Por el momento, sólo se les prometen cinco escaños en las próximas elecciones…

R.– Hace un año, eran considerados los más peligrosos terroristas del mundo, hoy acaban de ser amnistiados e indultados, tienen acceso a las emisoras de televisión, van a crear un partido político con financiación estatal, tienen acceso a la política, están en el congreso, tienen portavoces en este momento y dentro de poco representantes… En dos o tres años,  yo estoy convencido, van a estar en posiciones de poder o en lo que el Gobierno ha llamado, al igual que Timochenko, «un Gobierno de transición». Y con las FARC en el poder si yo regreso a Colombia, mi vida corre serio peligro.

P.– Quienes han salido en su defensa desde las instituciones luego se han rebelado como líderes del NO en el plebiscito, son uribistas. Parece que no sean muy imparciales…

R.– El procurador que pidió mi absolución [Alejandro Ordóñez], a mí me había sancionado inicialmente. Pero terminado el proceso penal, mostradas las pruebas de la defensa, la Procuraduría encontró que en mi caso nunca hubo dolo ni desviación de recursos. Pero es que también se han pronunciado a mi favor académicos y personas que no son afectos a mis ideas. La Universidad Nacional de Colombia publicó un libro que analiza la sentencia y demuestra sus atropellos. Por ejemplo, la sentencia dice: «A la Fiscalía no se le puede exigir que pruebe el plan criminal porque en este tipo de casos generalmente no quedan testigos que lo corroboren ni documentos que lo comprueben». ¡Eso dice! A mí me condenaron por sospecha…

P.– A usted se le acusa de haber huido de su condena un mes antes de que se dictara.

R.– Si yo hubiera huido me habría ido aun país sin relaciones diplomáticas con Colombia, para esconderme. Pero no huí. Me vine a EEU, a buscar refugio y asilo al amparo del derecho internacional. Es un país que no tiene contemplaciones con los criminales y que mantiene todas las relaciones diplomáticas con Colombia, hasta el punto de que estoy en un proceso de extradición. Ahora bien… ¿en qué país del mundo termina un juicio en febrero y se dilata la sentencia cinco meses para poder filtrarla dos días antes de las elecciones presidenciales que iba a ganar mi partido? Cuando eso pasó, mi abogado me dijo que me tenía que ir, porque la sentencia la iban a cambiar en mi contra para ayudar a la reelección de Juan Manuel Santos.

P.– ¿Tiene usted confianza en que EEUU respetará sus derechos frente a las presiones del Gobierno colombiano?

R.– Por encima de todo, confío en Dios. Y Él está a mi lado. Y también confío en los valores de los padres fundadores de EEUU. Aquí hay un sistema judicial que no opera como un partido político. Por eso, por ahora soy libre y puedo seguir luchando por demostrar no sólo que no me pueden extraditar sino que soy un perseguido político del Gobierno de Colombia.

P.– Pero usted lucha contra todo un Nobel de la Paz… Acusar a Santos de perseguidor político resulta muy difícil.

R.– Las cosas son lo que son y no por lo que las llamen. Y para nosotros lo que se ha dado en Colombia no es un acuerdo de paz, sino un acuerdo de impunidad. Los cabecillas de las FARC, los que han asesinado, secuestrado, torturado, extorsionado, sembrado minas antipersona, reclutado menores de edad… están indultados, en la calle, sin tener que responder por lo que hicieron. Y los que luchamos por eso, los que debilitamos a las FARC hasta el punto de que se vieron obligadas a negociar estamos siendo perseguido, encarcelado, judicializados, exiliados y con riesgo de ser extraditados a nuestro país para quedar a merced de esas mismas FARC.

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