Los pasos para crear un código secreto
¿Quieres comunicarte en un lenguaje que nadie más pueda interpretar? Para ello, necesitas saber cómo crear un código secreto. Independientemente de que tu idea sea compartir este idioma con un grupo reducido de familiares y conocidos, o reservarlo únicamente para ti, hay pasos que debes seguir para crear una lengua que los demás no sean capaces de entender.
En general, los códigos secretos tienen sentido cuando sólo el emisor y el receptor pueden comprender qué es lo que se comunica. Esto permite que el mensaje sea «cifrado», por lo que resultaría inútil si cayera en manos extrañas. La criptografía es la ciencia específica que se dedica al estudio de lenguajes, en concreto en ámbitos como los de la milicia y la política internacional.
Pasos para crear un código secreto
Como todo idioma, tu lengua debe estar constituida por signos o símbolos que sustituyan así las letras típicas del alfabeto occidental. Al sustituirlas, tendrás una base sólida desde la cual diseñar un código secreto que nadie más pueda interpretar aunque lo intente.
Podríamos dar miles de ejemplos. Si usas los siguientes signos A = ^ B=( C=: D=_ F=*, la palabra «acaba» sería «^:^(^». Es decir, estableciendo un patrón de diversos símbolos que van a ocupar los lugares de las letras, habrás hecho un avance importante.
Pero utilizar signos en vez de letras para simbolizarlas puede ser un poco débil si tu mensaje es interceptado por un especialista. Un experto detectará enseguida que estás usando signos en vez de letras y podrá descifrar el mensaje al cabo de unos minutos. ¿Qué deberías hacer entonces? Una buena opción es darle entidad a los espacios entre palabras, lo que podría confundirles.
Como la mayoría de los códigos secretos dejan espacios entre las palabras, al leerse una sola palabra larga se perderán.
Otra alternativa es adoptar signos que no se parezcan en absoluto a las letras. Un error muy común al crear un código secreto para facilitar la tarea es usar el número 1 para reemplazar a la letra I. Este tipo de sustituciones es muy sencillo y puede servir en algún que otro caso pero casi siempre serás descubierto. Al menos las vocales deben ser simbolizadas con signos más raros que esos.
El @ como A es otra equivocación típica. Huye de los signos parecidos a las letras si deseas conservar tu código en secreto.
La técnica de J. R. R. Tolkien
Algunas estrellas de la literatura universal, como J. R. R. Tolkien, nos han dado indicios de cómo crear un código secreto efectivo. Por ejemplo, este autor reemplazaba las vocales con marcas y puntos realizados alrededor de las consonantes. Al leer ese idioma, daba la sensación de que no tenía vocales. Podemos imaginarnos lo complicado que es aprender un lenguaje que no tiene vocales.
Este método, que requiere de un poco más de práctica y necesita más tiempo hasta desarrollar una lengua entera «sin vocales», efectivamente logra despistar hasta al más tenaz de los profesionales. Eso sí, debes ser cuidadoso al escribir para no fallar.
Otro autor con una metodología propia era Umberto Eco. En sus niveles te toparás con muestras de criptografía medieval y moderna. No hace falta que las tomes para tu código secreto, pero podrían estimular tu creatividad y simplificarte la labor que has emprendido.
Alarga -y dificulta- el código
Nuestro cerebro está acostumbrado a decodificar los lenguajes según la cantidad de letras de las palabras que leemos, por lo que alterando la cantidad de letras de las palabras puedes producirle un «cortocircuito» mental a quien trata de adivinar tu nuevo idioma.
Debes reemplazar las letras más usadas, normalmente las vocales, por varios signos y no sólo por uno. Eso alargará las palabras y hará más agotador el trabajo de traducirlas. Piensa en lo rebuscados que son los idiomas de palabras largas como el alemán. ¿Realmente crees que alguien podría darse cuenta de qué estás diciendo si todas las palabras tienen 10 ó 20 letras?
Recomendaciones para que tu código sea conservado en secreto
El primer consejo es, evidentemente, que nadie que no sea indispensable tenga acceso a la explicación del código secreto. Otra gran sugerencia es que cada cierto tiempo introduzcas algún cambio al código original. Tras dos o tres modificaciones todos se perderán.
Otra solución podría ser omitir letras o palabras si se cumplen condiciones concretas. Elimina las A al final de las palabras o repite palabras en singular para significar un plural. Algunos, como el filósofo Heráclito, escribían absolutamente todo seguido. Como habrás notado, son infinitos los artilugios que tenemos para crear un código secreto y que nadie sepa qué estamos planeando.
Y luego están los metamensajes. Los mensajes dentro de mensajes, en los que el receptor sólo debería prestar atención a aquellas palabras que se ubican al comienzo de cada oración o a las que empiezan con consonantes. ¡Eres tú el que decide cómo comunicar!
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