Calzados

Cómo evitar que los zapatos resbalen

Cómo evitar que los zapatos resbalen
Cómo evitar que los zapatos resbalen

Un problema muy común que podemos tener con el calzado, sobre todo cuando es nuevo, o viejo, es que los zapatos resbalen al entrar en contacto con el suelo, inconveniente al que debemos prestarle atención porque, en una superficie mojada, pueden provocar accidentes. Cómo evitar que los zapatos resbalen.

Evidentemente, más que nada cuando se trata de personas menores o mayores, debemos ocuparnos de la suela del calzado, haciendo los cambios necesarios para que esos resbalones no se produzcan. Pero, ¿cómo podemos evitar que los zapatos resbalen? ¿Hay algún truco a considerar?

Pasos para evitar que los zapatos resbalen

Rayar la suela

Sabemos que esta idea seguramente no te gustará demasiado, porque esos zapatos son nuevos. Piensa que se desgastarán las suelas de igual modo con el paso del tiempo, así que hacerle unos rayones para que dejen de ser lisas es algo que tiene mucho sentido.

Por supuesto, tienes que hacerlo con delicadeza, sin llegar a dañar la suela, creando surcos.

Laca vaporizada

La laca vaporizada ya es un producto específicamente pensado para estas situaciones complicadas. Basta aplicarla entre la suela del tacón, lo que permitirá que gane agarre en cualquier superficie.

Lo único importante es que tengas cuidado de no manchar el calzado con la laca.

Refresco azucarado

Por increíble que parezca, los refrescos azucarados tienen muchos usos interesantes, entre los cuales ninguno es beberlas, precisamente. Si hablamos de calzados nuevos, pueden darte una buena mano.

Todo lo que debes hacer es pasar un poco de refresco azucarado por la suela, aprovechando una bola de algodón mojada en el líquido. Al secarse, su nivel de adhesión a las superficies mejorará.

Un lijado

Si ya te has caído, o has estado a punto de sufrir un accidente, tienes que tomar cartas en el asunto. Esta molestia extrema requiere de una salida extrema, y por ejemplo es necesario realizar un buen lijado.

Un papel de lija de grano fino puede otorgarle rugosidad a la suela de tu calzado, aunque no debes irte por las ramas, sino sólo pasarla unos segundos por cada integrante del par, hasta que esté listo.

La patata

Y si no tienes nada de lo anterior en casa, sí es posible que dispongas de una patata en la cocina. Cortándola al medio, puedes usar su almidón para frotarla contra la suela del zapato y, al secarse, tendrás para varios usos de esos zapatos sin miedo a los incidentes.

 

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