¿Cómo evitar caminar mal para no tener dolores de espalda?
No importa qué tipo de ejercicio practiquemos, caminar es la principal actividad física que realizamos a diario. Como resultado de ello, andar bien es fundamental para evitar dolores de espalda al final de cada jornada. Así debes evitar caminar mal para no sufrir dolores de espalda.
El caso es que mientras muchas personas están atentas a su técnica cuando van al gimnasio y usan máquinas, suelen perder de vista su postura mientras caminan, lo que les provoca molestias y lesiones.
Hay una forma correcta de caminar. Veamos entonces cuál es la posición correcta de cada parte del cuerpo si queremos prevenir cualquier dolencia.
Cómo evitar caminar mal
Los «fisioterapeutas más famosos de Internet», como se llaman a sí mismos Brad Heineck y Bob Schrupp, detallan en una serie de vídeos en YouTube cómo hay que caminar para que no suframos ningún daño a largo plazo.
En principio, hay que estar pendientes de la pisada, que debe llevarse a cabo con el antepié o zona media del pie. Allí se absorbe mejor el impacto del cuerpo contra el suelo, logrando que la pantorrilla y el muslo lo «amortigüen».
Erróneamente, la mayoría de nosotros apoyamos primero la zona del talón, enviando la fuerza hasta la cadera. Con el paso de los años, esto puede hacer que la zona media del cuerpo se resienta, al igual que las rodillas.
Un truco simple para no equivocarnos es acortar los pasos, no necesariamente andar más despacio sino acortar cada zancada, inclinándonos ligeramente hacia adelante para «aterrizar» con la parte delantera de nuestro pie.
Tampoco deberías exagerar en este gesto sino insistir con él hasta que salga naturalmente. Tras algunas semanas, tu postura al caminar habrá cambiado, y le estarás haciendo un favor a tu cuerpo.
Otras cuestiones a tener en cuenta
Más allá del movimiento que realices con las piernas, puedes ayudar a tus extremidades inferiores de otro modo.
Intenta mantener la barbilla en alto y relaja los hombros, llevándolos hacia atrás para favorecer la respiración. Controla la inspiración y la expiración del aire mientras andas para coordinarlas con el ritmo de la caminata.
Los brazos debes moverlos siempre naturalmente, también creando un compás con la pierna cruzada a cada uno. Es decir, cuando avance tu pierna izquierda deberá adelantarse tu brazo derecho, y viceversa. Una práctica que logrará que desarrolles un mayor equilibrio y una menor propensión a las lesiones y que quemes más calorías.
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