Así es cómo debes quitar las semillas del tomate
El tomate es uno de los alimentos básicos de las dietas occidentales, y regularmente solemos hacer platos que lo tienen como uno de sus principales protagonistas, más allá de la forma de prepararlo. Te aconsejamos cómo debes quitar las semillas del tomate.
Y es que una de las grandes molestias del mismo son sus semillas, que en ciertos casos habrá que dedicarse a quitar para que no echen a perder el sabor de la receta que cocinamos.
Las cosas son especialmente difíciles cuando se trata de cocinar mermeladas o jaleas, por ejemplo. Entonces tendremos que deshacernos tanto de la piel como de las propias semillas, así que vamos a enseñarte cómo es el procedimiento perfecto para obtener sólo la pulpa de estos vegetales.
Aprende a quitar las semillas del tomate
Unos minutos antes de comenzar, debes coger dos cazos, llenarlos de agua y llevar uno al fuego hasta que hierva, dejando el otro sobre la encimera de la cocina, añadiendo algo de hielo.
La idea es que hagas un corte en cruz en la base del tomate, apenas superficial, intentando cortar solamente la piel. Acto seguido, debes sumergirlo en el agua hirviendo por sólo un minuto.
Transcurrido ese tiempo, el siguiente paso es retirarlos suavemente con una espumadera, pasándolos al cazo con agua helada hasta que pierdan el calor, lo que debería tomar un par de minutos más.
Una vez fuera del agua fría, sujeta la piel del tomate y tira poco a poco de ella hasta desprenderla del todo. Verás que se sale con extrema facilidad, siempre que hayas realizado el corte en cruz en la base.
¿Y cómo dejarles sin semillas?
Recuerda que las semillas pueden alterar el gusto de tu elaboración, así que deshazte de todas ellas.
Para que no quede rastro alguno de sus semillas, debes trocear el tomate en varias partes, y utilizar tanto tus dedos como una cuchara para ir separándolas una a una, aprovechando que el cambio de temperatura anterior habrá ablandado el interior del alimento, y que ya no estarán firmes como antes.
Por último, algunos ejemplares de tomate tienen un centro demasiado duro y puede arruinar tus jaleas y mermeladas, entre otras comidas, así que usa un cuchillo para asegurarte de eliminarlo.
Mientras tanto, si por alguna razón como pueden ser las de tipo nutricional, te gustaría dejar las semillas, te recomendamos que las pases junto con el tomate por el pasapurés para romperlas y que se unan en una mezcla homogénea.
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