Las peculiares costumbres de la reina Isabel I de Inglaterra

La reina Isabel I de Inglaterra fue una de las monarcas más influyentes e importantes de la dinastía inglesa. A pesar de haber sido considerada ilegítima para heredar la corona, Isabel I se convirtió en reina a los 25 años, demostrando sus habilidades innatas para gobernar y reafirmar a Inglaterra como potencia política y económica.

El reinado de Isabel I es conocido como la Era Isabelina o la Edad Dorada, por tratarse de un periodo de gran desarrollo cultural con el apoyo a las artes, la literatura y la exploración marítima. La llamada “Reina Virgen” pasó a la historia por mantener la estabilidad interna de su reinado, pero también por sus peculiares costumbres.

Curiosidades, anécdotas y costumbres de la reina Isabel I de Inglaterra

Era fanática de las máscaras de belleza

La reina Isabel I se preocupaba mucho por su apariencia y una de sus rutinas consistía en usar una máscara de belleza elaborada de plomo blanco. La conocida “Máscara de la Reina”, utilizada desde la Era Victoriana, se aplicaba en el rostro con el fin de mantener la piel pálida. A pesar de los riesgos tóxicos que implicaba su aplicación, bien conocidos en la época, la reina continuó utilizando esta mascarilla durante gran parte de su vida.

Evitaba bañarse a diario

La tradición cuenta que Isabel I tenía una aversión a los baños frecuentes porque creía que bañarse con agua podría debilitar su salud. Además, estaba convencida de que su piel debía estar intacta para combatir las enfermedades. En lugar del baño, prefería usar perfumes fuertes para enmascarar cualquier olor.

Tenía una gran afición por las joyas

Isabel I tenía una afición particular por las joyas preciosas y los collares de perla. De hecho, en muchos de sus retratos se le suele presentar usando collares y adornos elaborados. Se dice que tenía una enorme colección de joyas y que las perlas eran sus preferidas, por lo que se convirtieron en un símbolo de estatus.

Vestía extravagantes vestidos de oro y plata

Otras de las grandes aficiones de la reina Isabel I era la moda, en especial los vestidos exuberantes y ostentosos. En una ocasión, se cuenta que la reina vistió un vestido confeccionado de una llamativa tela dorada y plateada, adornado con piedras preciosas.

La vestimenta extravagante demostraba el deseo de la reina por destacar su posición regia y su amor por la moda lujosa.

Usaba pelucas pelirrojas

Durante los últimos años de su vida, Isabel I utilizaba pelucas rojas para mantener una apariencia regia. A medida que su cabello se hacía más blanco y delgado, las pelucas y las extensiones hechas de cabello humano y animales se convirtieron en un complemento característico de su apariencia. El color rojizo de sus pelucas era un símbolo de su poder; pero también representaba su estilo y personalidad icónica.

Estaba rodeada de espejos

La reina siempre se preocupó por mantener una imagen jovial y belleza intacta, por eso se dice que se rodeaba de espejos que difuminaban su reflejo, sobre todo, durante su envejecimiento. Entre sus espejos, destaca uno en particular que, según la leyenda, tenía poderes mágicos. Este espejo le rebelaba toda la verdad oculta a la reina, por lo que solía consultarlo para tomar decisiones difíciles.

Era aficionada a los retratos

La reina Isabel I también era conocida en la corte por su amor por los retratos. Siempre que tenía la ocasión, era retratada por los más talentosos artísticas, con quienes colaboró para asegurarse de que su imagen reflejara su posición de poder. Uno de sus retratos más famosos fue el de “La Armada”, la cual simboliza la derrota de la Armada Española en 1588.

Le gustaba jugar a las cartas

De acuerdo a los historiadores de la época, la reina Isabel I disfrutaba mucho de los juegos de cartas, por lo que los momentos de ocio participaba activamente, apostando grandes sumas de dinero. Se dice que era particularmente hábil en el juego de la picardía.

Tenía una gran pasión por los animales exóticos

Otra de las peliculares costumbres de la reina Isabel I era la colección de animales cautivos exóticos. Se dice que le ordenaba a exploradores y navegantes que les trajera animales de otras partes del mundo, nunca antes vistos en Inglaterra. Estos cautivos se convertían en una especie de atracción y entretenimiento en la corte isabelina.

La Ceremonia del Te

Aunque el té no era tan común en Inglaterra durante su reinado, se sabe que Isabel I disfrutaba de esta bebida. Las reuniones en las que se servía té eran eventos ceremoniales importantes donde se discutían asuntos de estado. Estos encuentros no solo servían para socializar, sino que también eran una plataforma para que la reina mostrara su astucia política y su capacidad para negociar.

Su Amor por la Música y el Arte

Isabel I era una gran amante de las artes. Fomentó la música, la poesía y el teatro, siendo su época la de grandes dramaturgos como William Shakespeare y Christopher Marlowe. La reina organizaba frecuentes actuaciones en la corte, donde disfrutaba viendo a artistas interpretar obras y canciones. Su apreciación por la cultura ayudó a crear un ambiente de renacimiento artístico en Inglaterra.

Conclusión

Isabel I, su legado perdura hasta nuestros días, recordándonos la importancia de la individualidad y el poder en la historia.

Lecturas recomendadas

Elizabeth I de Inglaterra

Pequeña historia de Inglaterra