Historia

Las mujeres de Hitler: la oscura vida privada del Führer

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Adolf Hitler y Eva Braun

No es ningún secreto que la relación entre Adolf Hitler y su esposa Eva Braun era más una relación de amistad que de otra cosa. Según varios documentos históricos, la mujer del Führer había desarrollado una extraña enfermedad genital que le impedía mantener relaciones sexuales satisfactoriamente con su marido ya que padecía un enorme dolor.

Pero Eva Braun no fue la única mujer del Führer. Según muchos archivos de historiadores y un documental estrenado hace unos meses en Sky, el dictador alemán tuvo más de un secreto de alcoba y más de una mujer con la que pasó sus años. Se le mencionan al menos dos más: su sobrina y una actriz alemana. 

Geli Raubal

La sobrina de Hitler, Geli Raubal, se fue a vivir junto a él y su madre en 1925, con tan solo tenía 17 años. La joven comenzó a ser la obsesión del dictador, que por aquél entonces ya había intentado dar un golpe de estado y pasado por la cárcel.

Según los documentos recogidos, sobre todo a través del desertor nazi Otto Strasser, Hitler mantuvo relaciones con su sobrina, no se sabe si forzadas o no, pero Strasser aseguró que Raubal orinaba encima del Führer que tenía una extraña obsesión por el escatologismo.

Años después de que empezara a vivir con su tío, Geli Raubal fue encontrada muerta en un piso de Munich de Hitler, con un tiro en el pecho. Esa es la versión oficial, pero existen muchos elementos que indican que podría haber sido un asesinato.

El dictador escala posiciones para convertirse en el mandatario de Alemania, un país al que mandaría ser cristiano, ultraconservador y nacionalista. La relación de incesto con su sobrina no sería bien vista por las masas.

Las perversiones de Hitler

Pero tal y como desvela el documental ‘Hitler’s secret sex of life’, no fue la última mujer del Führer. La vida privada del dictador siempre ha estado marcada por muchas de las historias que compañeros de partido, nazis desertores e historiadores han ido documentando a lo largo de los años.

Se sabe que Hitler era un adicto a las metanfetaminas, pero su médico también aseguró que le gustaba la heroína o, tal y como menciona el historiador Norman Ohler en ‘ ‘El gran delirio: Hitler, drogas y el III Reich’, la última etapa de su vida eran los opiáceos los que marcaron su día.

Al igual que en sus adicciones, Hitler encontró supuestamente en la actriz Renate Müller, un escape para su lado más sado. Tuvo con ella tórridos encuentros donde, según desvela Alfred Zeisler, director que los presentó, «a Hitler le gustaba que le pisaran en el suelo».

Como ocurrió con su sobrina, Renate Müller apareció muerta tras caerse por las escaleras de su casa, según la versión oficial. Aunque existe otra versión oficial en la que se indica que la causa de la muerte fue epilepsia. La versión más oscura cuenta que fue la Gestapo la que mató a la actriz antes de que saliera a la luz su romance con Hitler. 

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