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A Vox no le molesta el sambenito de ‘lepenismo’ que le atribuyen los críticos: «Le Pen es una buena socia»

Vox trata de captar el voto obrero en las zonas tradicionalmente socialistas

Vox y Agrupación Nacional forman parte de Patriots en la Eurocámara

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Santiago Abascal y Marine Le Pen.
Paula Ciordia

Vox está experimentando un cambio en su electorado que la izquierda ha bautizado como lepenismo. Un sambenito con el que el partido de Santiago Abascal se siente cómodo. «Le Pen es una buena socia», señalan fuentes de Vox a OKDIARIO y añaden que «no es mala comparación».

Para Vox el lepenismo no es negativo: significa el desmoronamiento de los postulados de izquierda ante la realidad de la inmigración masiva. Según las encuestas, Vox empieza a atraer de forma significativa el voto obrero precisamente por este problema, que es lo que ha hecho a Marine Le Pen acariciar el Palacio del Elíseo.

El término lepenismo viene a designar a un electorado fundamentalmente de izquierdas, pero que vota a Agrupación NacionalRessamblement National (RN) en francés–, que lidera Jordan Bardella, tras la inhabilitación de Le Pen hasta 2030 por un supuesto delito de malversación de fondos.

Hay que advertir que el lepenismo no nació con Marine, sino con su padre Jean-Marie en la década de los 90, cuando empezó a obtener un respaldo del voto obrero. Convirtiéndose en un proceso que no se limita a Francia, sino que se ha producido en otros países de Europa, donde las formaciones integradas en Patriots están ganando cada vez más representación.

La pregunta que subyace de fondo es si este giro electoral en Vox es fruto de un cambio ideológico para captar votos –como achacan sus críticos- o si es una reacción de la ciudadanía a las políticas que representa la formación.

Desde Vox señalan que «no han cambiado» en su ideología y se defienden ante las críticas por parte de sectores liberales que hablan de un acercamiento a posturas más de izquierdas o directamente antisistema, en materia de vivienda, coincidiendo con el recién nombramiento de Carlos H. Quero como portavoz en el Congreso, en sustitución de Javier Ortega Smith.

Para la formación estas críticas son «absurdas» precisamente porque Ortega Smith «nunca ha representado el perfil liberal de Vox». El propio Quero ha señalado que, por ejemplo, su posición crítica con los fondos de inversión extranjeros viene refrendada por el programa de Economía y Vivienda que Vox presentó ya el pasado mes de junio.

El ‘lepenismo’ en Europa

En las últimas elecciones europeas de 2024, Le Pen arrasó, doblando al partido de Emmanuel Macron, lo que forzó a la convocatoria inmediata de elecciones generales en Francia.

En la primera vuelta, Agrupación Nacional ganó con el 33% de los votos, superando la participación el 66,7% –casi 20 puntos más que en 2022–. En la segunda vuelta, la coalición de izquierdas –incluyendo a los comunistas– logró frenar la llegada del candidato de Le Pen, Jordan Bardella, al Eliseo.

Algo que no sucedería hoy. Según el sondeo publicado de Odoxa-Mascaret por Public Sénat este mes de noviembre, el ganador sería el delfín de Le Pen en las elecciones presidenciales de 2027. Bardella, el joven 30 años proveniente de un barrio humilde y de origen italiano, ha logrado conectar con los franceses con su mensaje directo antiinmigración y se convertiría en el primer ministro de Francia.

De ahí que Vox considere que «no es una mala comparación» la tendencia de la formación al fenómeno lepenismo. En Europa, Vox y Agrupación Nacional son socios, donde Santiago Abascal preside el grupo que comparten: Patriots, la tercera fuerza política en la Eurocámara. Y no sólo eso: el partido representado por Bardella sacó el número más cuantioso de representantes en las elecciones europeas.

Pese a ello, los críticos tachan a Patriots de «extremo» y señalan a Vox en esa tendencia por no seguir en el grupo de ERC (Reformistas y Conservadores Europeos) en el que sigue Giorgia Meloni. Uno de ellos es Iván Espinosa de los Monteros, quien ha aprovechado su intervención de promoción con Atenea este pasado fin de semana, en un acto de la fundación New Direction –e invitado por los dos ex eurodiputados de Alvise–, tratando de insistir un «distanciamiento de Vox» con los fundamentos desde el principio de la formación.

Algo que choca teniendo en cuenta que Abascal mantuvo una reunión con Meloni este pasado jueves en Roma para abordar la problemática de la inmigración en Europa. Una cita programada con antelación, como explican en Bambú y que evidencia «las buenas relaciones» entre ambos.

‘Lepenismo’ y Vox: obreros, gays y jóvenes

Si se extrapola el fenómeno del lepenismo a Vox en España, en las últimas elecciones municipales y autonómicas, lograron una significativa representación en municipios tradicionalmente obreros, sobre todo, en los cinturones rojos de Madrid y Barcelona.

Una estrategia que la formación está  reforzando de cara a las próximas convocatorias electorales. En Madrid, a través de Isabel Pérez Moñino, con la campaña Madrid Sur en Pie. En Barcelona con Ignacio Garriga –secretario general de Vox–.

Moñino es la portavoz de Agenda España en Vox y se convirtió, tras la dimisión de Rocío Monasterio, en la cara más visible en la Comunidad de Madrid, con un perfil que se ajusta perfectamente a la lepenización del partido, expresan fuentes de Vox. La portavoz en la Asamblea es natural de Fuenlabrada y conoce a la perfección los problemas de las zonas periféricas de Madrid como consecuencia de la inmigración y el abandono.

Pero el gancho de Vox, y que sigue los pasos de Le Pen, no sólo está en la fuerza obrera de las ciudades. En estos momentos de precampaña, la formación está redoblando los esfuerzos para penetrar electoralmente en los municipios de Extremadura dominados por el PSOE. De hecho, la semana pasada, el ex alcalde de Coria y su hijo concejal del PSOE confesaron públicamente que votarían a Vox en estas elecciones.

Al voto obrero hay que sumar el apoyo de la comunidad LGTBI y los jóvenes en el fenómeno lepenista. Una tendencia que también está experimentando la formación de Abascal. El último barómetro del Centro de Estudios de Opinión (CEO) catalán sitúa a Vox como el partido favorito entre los jóvenes de 18 a 24 años.

Respecto a la posición de la formación con el colectivo LGTBI, el líder de Vox ha manifestado en reiteradas ocasiones que los homosexuales «son conscientes» del problema de la islamización en Europa y lo que eso puede llegar a significar para su seguridad y libertades.

«La mayor parte de los gays en Francia votan a Marie Le Pen y va a llegar un momento en que la mayor parte de los gays españoles van a votar a Vox porque somos los únicos que queremos echar de España a los que quieren echarles de una azotea o colgarles desde una grúa», sostuvo Abascal en el programa de En boca de todos de cara a la amenaza homófoba asociada al islam y cuya reacción social fue acuñada por la izquierda estadounidense como homonacionalismo.

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