País Vasco

Urkullu quiere pactar con Sánchez un nuevo estatuto de Guernica con más competencias y relación «bilateral»

Interior etarras
Pedro Sánchez, Arnaldo Otegi e Iñigo Urkullu.
Luz Sela
  • Luz Sela
  • Periodista política. En OKDIARIO desde 2016. Cubriendo la información del Congreso de los Diputados. Licenciada en Periodismo por la Universidad de Santiago de Compostela. Antes, en COPE, ABC Punto Radio y Libertad Digital.

La reforma del Estatuto de Guernica revelará la próxima semana las diferencias palmarias entre los partidos vascos y también la aproximación de PNV y PSOE de cara a pactar el nuevo texto. La maniobra permitirá a los nacionalistas disfrutar de una transferencia plena de competencias y de avanzar hacia una relación de bilateralidad con el Estado, en detrimento de otras tesis más radicales hacia el ‘derecho a decidir’. Los peneuvistas entienden que, en la actual coyuntura política -y con un gobierno en ciernes entre PSOE y Podemos- las negociaciones deben conducir hacia un acuerdo con el Gobierno estatal, que evite nuevos tropiezos. En el horizonte está además una nueva convocatoria de elecciones en el País Vasco, y la presumible reedición del pacto entre PNV y PSE.

El partido del lehendakari Iñigo Urkullu se había decantado hasta hace unas semanas por la vía de Bildu, con una apuesta clara por el ‘derecho de autodeterminación’. Ahora, en cambio, trata de apurar un pacto con los socialistas, que implicaría relajar esas tesis. En su lugar, se opta por una defensa a ultranza del autogobierno, con un nuevo encaje del País Vasco en el Estado, y una relación bilateral plena a nivel institucional.

Los expertos encargados por los partidos para redactar las propuestas de reforma del Estatuto apuran sus conclusiones, que presentarán la próxima semana en el Parlamento vasco. La iniciativa del PNV contaría en principio con el apoyo del PSE y también de Podemos. 

Los nacionalistas son conscientes de que contar con el favor del Gobierno socialista aligerará los pasos de la reforma, que tendrá que ser refrendada por el Congreso y, después, en un referéndum en la Comunidad.

«Ensanchar» el acuerdo

Desde Bildu, formación que firmó con el PNV las bases del nuevo Estatuto en torno al concepto de ‘nación vasca’ y del ‘derecho a decidir’, no han ocultado su malestar. En las últimas semanas, el lehendakari Urkullu ha dado pistas de hacia donde quiere que camine el nuevo Guernica: a finales de octubre, y coincidiendo con el 40º aniversario de la aprobación en referéndum del vigente Estatuto, ya reclamó a las fuerzas políticas un esfuerzo «de acercamiento» para la actualización de esta noma, en el sentido de «ensanchar» el grado de acuerdo lo máximo posible. Según  Urkullu, ampliar el acuerdo con otras formaciones -algo que lograría de cerrarse el acuerdo con PSOE y Podemos- sería también la mejor «garantía» hacia el autogobierno.

El PNV ha navegado en la ambigüedad en su postura para la reforma. No en vano, coincidiendo precisamente con el aniversario de Guernica, suscribió una enmienda conjunta con Bildu en la que se reclamaba el ‘derecho a decidir’.

Sin embargo, el texto de dicha iniciativa era también lo suficientemente amplio como para avalar las tesis actuales, más próximas al PSOE.

En la misma, se instaba al Parlamento vasco a ratificar «la exigencia de culminar el desarrollo íntegro del Estatuto de Guernica, reafirmando el espacio de poder reconocido en el propio Estatuto y aún no transferido».

Nuevas competencias

«El Parlamento Vasco rechaza los pronunciamientos políticos y estrategias que tienen como objetivo impedir, vaciar y condicionar el desarrollo del autogobierno vasco», se añadía. PNV y Bildu reclamaban la derogación «con carácter inmediato» de leyes como la LOMCE, la reforma laboral y la Ley de Seguridad Ciudadana y exigían también el fin «de la excepcionalidad que inspira la aplicación de la actual política penitenciaria y que se proceda al acercamiento y traslado a cárceles vascas de todas las presas y presos y a la puesta en libertad de quienes padezcan enfermedades graves e incurables».

A continuación, defendían una «actualización del autogobierno vasco», reclamando nuevas competencias: «una renovación y adecuación de nuestro haber competencial a las demandas de la sociedad vasca». «Competencias necesarias para garantizar los derechos políticos, económicos, sociales, lingüísticos y culturales de la ciudadanía vasca».

Finalmente, se apuesta por la «cultura del respeto mutuo y la lealtad interinstitucional» con un «nuevo modelo relacional con el Estado, basado en la bilateralidad y el pacto».

«Además, igual que en otros países del entorno europeo, dará cauce al ejercicio del derecho a decidir de la ciudadanía», se dice, en último lugar.

Reclamaciones, a excepción de ésta última, que serían asumibles por los socialistas.

PSOE: «No sacralizamos la ‘nación’»

Las propuestas revelarán, finalmente, si el PSOE es capaz de encajar el concepto de ‘nación’, tal y como reclama el PNV.

No obstante, los socialistas ya admitieron su disposición a aceptarlo, aunque con una connotación distinta a la que defiende el nacionalismo.

«Los socialistas vascos no sacralizamos el concepto de «nación», que que en los últimos tiempos está sufriendo una profunda modernización y reformulación de su significado original en el mundo occidental, ni tampoco lo consideramos un tabú», se puede leer en la propuesta de ‘autogobierno’, firmada por el PSE en 2016.

Por el contrario, añadían entonces, «estaríamos dispuestos a estudiar su incorporación en el futuro texto estatutario, si queda claro que no se fundamenta en una supuesta soberanía diferenciada. Es decir, que la reivindicación como nación de una comunidad que se autodefine como tal por razones culturales, históricas o lingüísticas no presupone el derecho político a constituirse en Estado».

Un enredo que, finalmente, podría llevar el término ‘nación’ al Estatuto ya que, según el PSOE, entendiéndolo de esa forma «podría ser perfectamente compatible con la Constitución».

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