La UE y el Reino Unido dejan para 2022 las negociaciones sobre el encaje de Gibraltar

Paso fronterizo Gibraltar
Tránsito de coches y personas en la frontera de Gibraltar (MARCOS MORENO / EUROPA PRESS). (1)

El encaje de Gibraltar en la futura relación entre la Unión Europea y el Reino Unido va para largo. El estatus del Peñón estaba sobre la mesa en las conversaciones que esta semana se están desarrollando entre los negociadores británicos y europeos pero la situación se mantiene encallada por completo y sin avances, tal y como se ha constatado y ha explicado el Gobierno gibraltareño este miércoles.

Desde el Ejecutivo del Peñón se confía en que las negociaciones durante 2022 permitan alcanzar un acuerdo «antes de Semana Santa» y que sirva fundamentalmente para asegurar la circulación «fluida» de personas y mercancías entre la UE y el Peñón.

Los negociadores de Londres y Bruselas han concluido este miércoles una ronda de contactos en la capital británica con la intención de continuar las conversaciones con el objetivo de un acuerdo «durante el primer trimestre» de 2022, han explicado tras la jornada de hoy fuentes europeas.

La perspectiva de un nuevo calendario de negociaciones para los primeros meses del año anunciada por Gibraltar coincide en el tiempo con un encuentro en Madrid entre el ministro de Exteriores, José Manuel Albares, y su colega británica, Liz Truss, que han previsto una cena de trabajo.

La salida de Reino Unido de la Unión Europea dejó también a Gibraltar fuera del mercado común que garantiza la libre circulación de personas y mercancías dentro del bloque, aunque Londres y Madrid acordaron hace ya casi un año mantener el ‘statu quo’ mientras la UE negociaba un nuevo estatus para el territorio.

Los Veintisiete dieron su visto bueno a derribar la Verja como quieren españoles y británicos, pero a cambio pide que se trasladen los controles fronterizos al aeropuerto y al puerto para vigilar el paso al espacio Schengen.

Bruselas abogó porque fuera España quien tuviera el mando de esos controles, lo que irritó al Gobierno británico que vio en este gesto un ataque a su soberanía y consideró esa condición «inaceptable».

Por eso, y a petición de España, el mandato negociador de los europeos añadió el matiz de que Madrid tenía «interés» en solicitar a la agencia Frontex la asistencia para esa tarea durante un periodo inicial de cuatro años.

Con todo, junto al mandato, los 27 incluyeron una declaración propia para dejar claro que la supresión de la Verja busca asegurar el desarrollo y prosperidad de la región y «no puede ser interpretado como la participación de Gibraltar en el acervo de Schengen».

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