Crisis del coronavirus

La UE desacredita a Simón y a los vacunajetas: si sobran dosis hay que tener listas de reserva

Pedro Sánchez vacunas
Una trabajadora de una residencia recibe una vacuna contra el Covid.
Pelayo Barro

Desde el inicio de la campaña de vacunación contra el Covid han sido muchas las personas que, aprovechando su cargo público o su posición de relevancia, han recibido la vacuna antes de tiempo. Un fenómeno que se ha bautizado como el de los ‘vacunajetas’. Sin embargo, pese a que su actitud ha sido socialmente censurada, estas prácticas recibieron cierto aval por parte del director del Centro de Coordinación de Alertas y Emergencias Sanitarias (CCAES), Fernando Simón, cuando advirtió que para no desperdiciar dosis podrían ponerse a quien estuviese «por allí». Unas instrucciones que no contempla la Unión Europea, que recomienda disponer de listas de reservas que puedan acudir rápidamente en caso de que tengan que ser vacunados.

El proceso de vacunación no deja ningún resquicio a la improvisación, ya que es a través de la ausencia de reglas por donde se pueden colar quienes están dispuestos a inmunizarse antes de tiempo. La Unión Europea advierte en sus instrucciones difundidas a los países que para «minimizar» cualquier «desperdicio» de dosis hay que disponer de listas de reservas para poder avisar a aquellas personas de grupos prioritarios o trabajadores de primera línea «que puedan acudir a una llamada a corto espacio de tiempo».

Así lo recoge el informe final del Centro Europeo para la Prevención y el Control de Enfermedades (ECDC) realizado tras analizar las «pruebas de estrés» al proceso de vacunación en once países de la Unión, incluido España. En ese documento se recogen algunos de los principales problemas y obstáculos que se están encontrando los países a la hora de inmunizar a sus ciudadanos y las soluciones a las que están recurriendo para evitarlos.

El ECDC insiste en la necesidad de no desperdiciar dosis de los viales que se distribuyen a los centros de vacunación. Pero a diferencia de lo que ha sostenido Fernando Simón, que hay que vacunar a «quien esté por allí».

«Normal», según Simón

El pasado 1 de febrero, preguntado en concreto sobre si los sanitarios que están vacunando a algún paciente que no corresponde deberían ser sancionados de empleo y sueldo, Simón opinó que «en algunas situaciones, es normal que se vacune alguien que no sea del grupo».

«Si llega el final del día de trabajo y queda una o dos dosis en un recipiente que no se puede guardar hasta el día siguiente esas dosis no se pueden tirar, hay que ponérselas a alguien que esté por ahí. Creo que todo el mundo lo entiende sin problema», señaló el portavoz técnico para el coronavirus. Además, matizó que «otra cosa es que se desvíen viales completos de los grupos a los que hay que vacunar para vacunar a otros grupos. Eso desde luego no es ético».

Sanidad tampoco lo contempla

El Ministerio de Sanidad tampoco contempla la posibilidad de vacunar de forma improvisada, tal y como propuso Simón. El documento «Vacunación Covid: Recomendaciones para utilizar con seguridad las vacunas frente a la COVID-19», elaborado por el Ministerio de Sanidad y difundido a todos los equipos sanitarios que están inmersos en la campaña de vacunación contra el virus, no contempla la colocación de dosis sobrantes de forma improvisada. De hecho, insiste en que «es necesario planificar adecuadamente la vacunación teniendo en cuenta a quién se va a vacunar (disponer de listados)».

Esos listados, que en síntesis son los mismos que propone la Unión Europea a través del ECDC, son los que deberían seguirse según Sanidad a la hora de evitar el desperdicio de dosis.

«Listas de vacunados»

La organización de las jornadas de vacunación ya exige tener contabilizadas previamente el número de dosis que se van a utilizar y en quien. De hecho, este protocolo se realiza «para evitar pérdidas de dosis». Si el trabajo de los vacunadores está bien planificado, como exige Sanidad, no debe sobrar ni una sola dosis.

Además, Sanidad exige a los miembros sanitarios que inoculan las dosis que «antes de administrar la vacuna» se deberá  proceder a confirmar «la correcta identidad de la persona, vacuna y dosis, y comprobar historial de vacunación».

La vacunación improvisada que ha defendido Simón, según entienden fuentes sanitarias involucradas en la campaña de inmunización, no encaja ni en la correcta identificación del vacunado y tampoco permite el acceso al historial de vacunación. Podría darse el caso, por ejemplo, que una persona a la que se vacune reciba la segunda dosis -o incluso una tercera ante el descontrol- mucho antes de tiempo.

Todo el proceso de vacunación va acompañado además de una buena carga de burocracia: Sanidad exige «registrar la vacunación en el módulo específico con datos de la persona vacunada, dosis, marca, lote y fecha de administración, además de otros datos que exija el programa específico».

 

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