EL RETORNO DEL REY

«Sorpresa y decepción» en Zarzuela por la poca discreción del Rey Juan Carlos en su regreso a España

Juan Carlos I y el rey Felipe
  • Alfonso Egea/ Luis Miguel Montero

El regreso del Rey Juan Carlos a España no ha sentado nada bien en el Palacio de la Zarzuela, no tanto por el hecho de su vuelta, ya pactada y asumida por todas las partes, sino por las formas empleadas por el emérito. Según ha podido saber OKDIARIO, en la Casa Real hay una gran «sorpresa y decepción» por la puesta en escena televisada a pie de la escalerilla y con gran despliegue de medios de comunicación en Sangenjo, siguiendo el avión primero y luego el coche donde viajaba el emérito. Desde Zarzuela, donde todos los gestos de la llegada fueron seguidos por televisión y analizados, creen que Juan Carlos I les debía mayor discreción y temen que la escena vivida les coloque en cierta posición de debilidad de cara a la opinión pública.

«Sorpresa y decepción» fueron las dos palabras más escuchadas ayer en Zarzuela, donde analizan el modo en que Juan Carlos I regresó a España como una circunstancia que los ha dejado en una posición de debilidad. No han gustado los saludos a pie de pista televisados, ni el seguimiento en directo de la llegada del emérito a España, con conexiones en directo con las redacciones de informativos que seguían el avión, ni después del coche del empresario Pedro Campos.

Desde el Palacio de la Zarzuela creen que el Rey Juan Carlos les debía mayor discreción y esperaban un perfil más bajo del emérito en su primer regreso a España. También destacan que la Infanta Elena fue el único familiar que se acercó a recibirle tras dos años fuera de España.

Efectivamente este jueves por la tarde a pie de pista en el aeropuerto de Vigo esperaban el incondicional amigo de Juan Carlos I, el ex regatista y empresario Pedro Campos, junto a su esposa Cristina Franze, y la infanta Elena, que nunca ha ocultado el apoyo incondicional a su padre. Cristina Franze es la segunda esposa de Pedro Campos y se casaron en 2017, durante una ceremonia en la que estaba presente en un lugar de testigo de honor el Rey emérito. La anécdota de la jornada la protagonizó precisamente Cristina Franze, que quizás no acostumbrada a la expectación que provocó la llegada de Juan Carlos I grabó en su teléfono móvil a periodistas y vecinos que seguían la llegada del emérito.

Todos los directos que hizo la televisión fueron seguidos con mucho interés desde el Palacio de la Zarzuela, desde donde no pasaron desapercibidos los gestos como el rechazo de ayuda para bajar la escalerilla de Juan Carlos I o el efusivo abrazo de la infanta Elena y la posterior reverencia. Llamó especialmente la atención que los tiros de cámara fueran limpios y sin coches oficiales de por medio, que impidieran la visión, algo a lo que no están acostumbrados los profesionales que cubren habitualmente eventos de Casa Real.

El Gulstream G-450 que trajo al Rey emérito desde Abu Dabi tomaba tierra y avanzaba por la pista del aeropuerto vigués de Peinador hasta detenerse junto a la comitiva que lo esperaba. La visión para el despliegue de medios de información era limpia, una sorpresa bienvenida por los medios porque así pudieron captar un plano frontal de cómo iba a producirse el momento de Juan Carlos I pisando suelo español tras 655 días en Abu Dabi.

Fue especialmente comentado que a sus 84 años y con 17 operaciones quirúrgicas a sus espaldas, Don Juan Carlos bajase la escalerilla por su propio pie, despacio pero sin ayuda de muletas o de un tercero, como se le ha visto en otras ocasiones recientes. Ni siquiera los escoltas interferían en los planos. Pero por si no fuera suficiente, el coche de Campos se detuvo un segundo a la salida del aeropuerto para que el Rey emérito asomase su rostro y saludase a los periodistas presentes con la ventanilla bajada.

Las mismas imágenes fueron atentamente seguidas también desde el Palacio de la Moncloa, donde tampoco sentaron bien y de hecho reiteraron que por eso se opusieron durante meses al regreso del Rey Juan Carlos. Desde Moncloa también consideran que el recibimiento fue un «show vergonzoso».

Lo último en España

Últimas noticias