Los socialistas quieren que ERC se convierta en su aliado electoral estable en Cataluña

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Carlos Cuesta

Los socialistas caminan por las vías del Plan Roures: el famoso plan trazado por el millonario podemita para conseguir que ERC se uniera a los esfuerzos de la izquierda -PSOE y Podemos- para garantizar la gobernabilidad del “progresismo”, como ellos lo definen. Y, ahora, los hombres de Pedro Sánchez pretenden convencer a los republicanos de que es mejor en estos momentos dejar aparcado el golpe separatista y asegurarse, tanto socialistas como ERC, aliados electorales estables para llegar al poder en Cataluña y expulsar a PDeCAT de allí. Porque el premio que concedería el PSOE a ERC, a cambio de no generar incendios, es precisamente el del apoyo electoral en los feudos en los que sea necesario.

El PSC acepta ya hasta “reconocer la realidad nacional catalana”. Y ello, siempre que ERC se ponga la careta de partido separatista light y evite situaciones de alta tensión. Ada Colau, por su parte, no oculta igualmente sus ganas de cerrar acuerdos siempre que sea entre partidos de izquierdas. Y todo con tal de encontrar una vía que permita a todos ellos cruzar alianzas desde Cataluña hasta el Congreso de los Diputados.

Estabilidad y Presupuestos

El plan es visto con buenos ojos por parte de ERC. Y los socialistas pretenden implantar un esquema muy parecido al vasco, donde el PSE y PNV se han convertido en socios de gobernabilidad estables.

Esa alianza permite contar con una vida, no sólo electoral, sino también de gestión política diaria, plenamente estable, incluyendo, por supuesto, el apoyo en las votaciones de Presupuestos. Y esa alianza, además, es vista por Miquel Iceta y por Sánchez como una herramienta para un doble fin: en primer lugar para buscar una gobernabilidad de ambos; y en segundo lugar, para librarse de una pesadilla: Quim Torra es, en estos momentos, un tapón para el avance hacia la Generalitat de ERC y un mecanismo de bloqueo para determinadas decisiones legislativas del PSOE.

Hay que recordar que los últimos Presupuestos Generales del Estado de Sánchez no salieron adelante precisamente porque Carles Puigdemont dio a Torra la orden de paralizar el principio de acuerdo inicial cerrado entre el PSOE y PDeCAT en Madrid. Puigdemont, de hecho, llegó a crear su propio partido para amenazar con fracturar lo que queda de PDeCAT en caso de que los diputados de la formación separatista decidiesen apoyar los Presupuestos socialistas.

El PSOE no olvida lo ocurrido. Y creen que ellos pueden desequilibrar el esquema de poder en Cataluña para apoyar a ERC y desbancar de esa manera a PDeCAT. Algo de lo que, según sus tesis, se podrán beneficiar ambas formaciones.

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