Vuelve el ‘plan Roures’: PSC y ERC acercan posturas para pactar con Podemos tras las catalanas
El PSC pide “reconocer la realidad nacional catalana”. ERC se pone la careta de partido separatista light que quiere buscar un referendum pactado. Y Colau vuelve a recordar que lo importante es gobernar con las izquierdas. Todo ello ha empezado ya y se trata de la vuelta del Plan Roures, un diseño auspiciado por el multimillonario podemita para que Barcelona, Cataluña y, por fin, toda España, permanezcan bajo alianzas radicales separatistas.
Un plan que vuelve a respaldar firmemente el PSC a escasas semanas de las elecciones territoriales, porque aunque no están convocados unos nuevos comicios en Cataluña, todo el mundo da por sentado que se convocarán tras el juicio del 1-0, aunque no necesariamente el 26- El plan ha sido ya aceptado por ERC como punto de salida para intentar desbloquear el proceso de ruptura -reforma, según el lenguaje de los socialistas catalanes- de la Constitución.
Se conoce como el ‘plan Roures’. Y ha llegado el momento en el que ERC, tras conversaciones con los responsables del PSC, ha aceptado que debe dar una apariencia de moderación. Porque, en caso contrario, los hombres de Pedro Sánchez y Miquel Iceta no podrán convencer a la población de que el malo del golpe separatista es sólo el PDeCAT -y no ERC, tal y como acredita el sumario del juicio del 1-O-.
Ada Colau, a la que las encuestas no le auguran un futuro electoral fácil, no se opone a este plan ni mucho menos. Y Sánchez, por su parte, piensa que este esquema podría ser exhibido como prueba de la capacidad de dulcificación gracias al “diálogo” de los socialistas.
Todo el plan parte de una farsa: la posibilidad de llevar a cabo un referéndum de autodeterminación “dentro de la ley”. Algo que impide la propia naturaleza de la Constitución, pero que el Gobierno de Sánchez ha prometido estudiar para alcanzar el máximo grado de permisividad posible.
Fuentes socialistas han confirmado a OKDIARIO que el plan se debate con naturalidad en el PSC. Y que es una de las opciones preferidas por un Iceta que no deja de señalar que el PP no puede pactar con Vox, pero ellos sí con los separatistas de ERC y los populistas radicales de Podemos o Colau.
El máximo embajador de este plan ha sido el podemita multimillonario Jaume Roures, quien en su ya famosa cena con Pablo Iglesias, Oriol Junqueras y Xvier Domenech de 2017 cuadrase voluntades de cara a la fase decisiva del golpe de Estado del 1-O.
Ya en aquel momento, la pieza clave era ERC. Los de Junqueras no aceptaban ni siquiera disimular su radicalidad porque se centraban ya en los preparativos del referéndum ilegal y el golpe del 1-O. Pero ahora, las cosas han cambiado. Junqueras sabe que le espera una larga temporada en prisión y el resto de líderes de su formación no quieren pasar por lo mismo.
El PDeCAT, además, amenaza con partirse tras la creación de La Crida del prófugo Carles Puigdemont. Y ERC cree que ha llegado el momento de tejer alianzas por si llega al poder nacional un centro derecha constitucionalista que haga bueno pasar a los cuarteles de invierno -o, por lo menos, de primavera con un Pacto Roures-.
PSC y ERC han acercado ya posturas en este punto. Y Sánchez no escatimará generosidad -una vez más- con ERC si se confirma el pacto.