Crisis del coronavirus

Los sanitarios alemanes rechazan ponerse la vacuna que se va a usar con los policías españoles

Después de que OKDIARIO revelara el recelo de los policías de nuestro país por los efectos del medicamento de AstraZeneca ahora son los profesionales de la salud alemanes los que desconfían.

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En Alemania no han puesto ni un 12% de las vacunas adquiridas de AstraZeneca por desconfianza.
Alfonso Egea
  • Alfonso Egea
  • Jefe de Investigación en OKDIARIO. Anteriormente fui responsable de la sección de Actualidad y Sucesos en Espejo Público, en Atresmedia. He publicado cuatro libros y actualmente colaboro en programas de televisión en Mediaset y en Telemadrid. Agradecido por tener el reconocimiento de la Policía Nacional de Madrid y la medalla al mérito de la Guardia Civil.

Las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado españolas llevan semanas pidiendo explicaciones sobre el acierto de usar un producto que reconoce un 70% de efectividad y que además no puede ser administrado a mayores de 55 años, lo que deja a miles de agentes fuera de esta fase de vacunación. Los primeros en dar la voz de alarma fueron los representantes de Policía y Guardia Civil cuando supieron que sería la vacuna de AstraZeneca la que se usaría con ellos. Fueron tibios en sus reclamaciones por temor a que se les tomara por pejigueros al reclamar una vacuna para policías distinta a la seleccionada por el Gobierno a través del Ministerio de Sanidad. Estamos en pandemia y no querían que sus recelos fueran malinterpretados por nadie, así que hace semanas se limitaron a pedir reuniones informativas sobre los motivos por los que se les iba a administrar la vacuna menos efectiva y más restrictiva de las que hasta ahora hay en el mercado.

Que AstraZeneca reconociera que su medicamento sólo era eficiente sobre el 70% de los casos y que la Organización Mundial de la Salud desaconsejara su uso en mayores de 55 años bien merecía una aclaración a un colectivo, el policial, que veía fuera de ese plan a miles de agentes en activo, pero mayores de 55 años y cuyo trabajo consiste en muchas ocasiones en mantener contacto estrecho con foso de contagio. Ni las aclaraciones ni las reuniones llegaron y el plan de Sanidad seguiría adelante.

Primero Francia, luego Alemania

Sin embargo, todos los cuerpos policiales estuvieron atentos, y por todos nos referimos a las policías autonómicas, las locales, las nacionales y los servicios de Emergencias, como Bomberos, Protección civil y por supuesto, el Ejército.

En esa tarea de observación ha habido dos acontecimientos que no sólo apuntalan la desconfianza de los profesionales de la seguridad hacia esa vacuna, sino que ha llevado incluso a que alguna organización policial hay pedido a la ministra de Sanidad, Carolina Darias, la retirada del uso de ese medicamento para inmunizar a su colectivo. Hace sóo unos días se detectó en Francia que el 25% de los policías galos a los que se les estaba administrando la misma vacuna que se le dará a los españoles estaban sufriendo severos efectos secundarios que han provocado en el país vecino una oleada de bajas médicas considerables. Tan es así, que en algunos hospitales franceses ya se había dado orden interna de no usar el producto de AstraZeneca por esas reacciones en los vacunados.

El segundo aviso es mucho más preocupante. No sólo por el país desde donde llega, Alemania, sino más bien por el colectivo que ha anunciado que no quiere usar ese medicamento por una cuestión de desconfianza: los sanitarios alemanes. Las cifras son demoledoras. Alemania adquirió un total de un millón y medio de dosis de la vacuna de AstraZeneca, la misma que hay que administrar a los policías españoles. A día de hoy, los datos oficiales del sistema de salud germano dicen que de esas dosis sólo se han administrado 187.000, apenas un 12% del total. El Gobierno alemán decidió destinar este medicamento a «personal esencial» dándole prioridad a los centros de la tercera edad y también a los profesionales sanitarios, y estos últimos han sido precisamente los que han dicho que no, que la de AstraZeneca ellos no se la ponen. Estos han explicado a través de sus representantes que la objeción que ponen contra este medicamento se basa en las “informaciones contradictorias” que se dan sobre el mismo. Mientras en España el límite de edad para administrarla es de 55 años, los alemanes han subido ese listón hasta los 65.

En cuanto a la efectividad, todos coinciden en desconfiar de una vacuna que, de las tres que circulan por Europa, es la menos efectiva, por detrás de las de Pfizer y Moderna. Tampoco ayudó mucho que los responsables de la Sanidad alemana hayan anunciado en los últimos días la posibilidad de que dentro de un año hubiera que reforzar la inmunidad de los vacunados con AstraZeneca con otra dosis suplementaria. Es lo que le faltaba a un país que se ha caracterizado por tener una fuerte oposición a las vacunas obligatorias. Cómo será la situación que el Gobierno alemán ha publicado un anuncio aclaratorio bajo el epígrafe ‘Vacuna Astrazeneca: altamente eficaz y segura’ pero ni por esas, los sanitarios alemanes no quieren esa vacuna y punto.

Todo lo anterior ha hecho recelar a los policías españoles, que ya están viendo como profesionales de otros países no ven claro lo de inmunizarse con una vacuna con la que dentro de poco tendrán que inmunizarlos a ellos.

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