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Sánchez se va en Falcon a Torrevieja a visitar una desaladora mientras sigue sin acudir a Barbate

El presidente del Gobierno sigue sin viajar a Cádiz pese al asesinato de los dos guardias civiles por los narcos

Ya fue objeto de polémica que usara el avión militar cuando se desplazó a participar en la inauguración de este tren

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Segundo Sanz

El presidente del Gobierno, el socialista Pedro Sánchez, ha usado este miércoles el Falcon -avión oficial del Ejército del Aire- para visitar la planta desaladora de Acuamed en Torrevieja (Alicante). Es la tercera salida que realiza usando estos medios de las Fuerzas Armadas (Falcon y helicóptero Super Puma) en los cuatros días transcurridos desde el asesinato de dos guardias civiles por unos narcotraficantes en Barbate (Cádiz). Sánchez sigue sin pisar este lugar en plena polémica por la falta de medios y la negativa del ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska, a dimitir.

El pasado sábado, sólo unas horas después del asesinato de los agentes en Barbate, Sánchez cogió el Falcon para participar en un mitin del PSOE en Vigo (Pontevedra). Ese mismo día, voló luego en Super Puma a los Premios Goya, que se celebraron en Valladolid, y un Falcon le llevó de regreso a Madrid al término de la gala. Este miércoles, el lugar elegido por Moncloa para tirar de propaganda ha sido la planta desaladora de Torrevieja (Alicante). Sánchez ha volado en Falcon hasta la base área de San Javier (Murcia) y desde allí se ha desplazado en coche a las instalaciones de Acuamed (la sociedad estatal Aguas de las Cuencas Mediterráneas, S.A.) en la localidad alicante.

Se da la circunstancia de que Sánchez tenía opción de haber viajado a esta zona del Levante bien a través del AVE a Elche, que él mismo inauguró con polémica (en aquella ocasión también usó el Falcon), o a través de vuelos regulares entre Alicante y Madrid. Sin embargo, el jefe del Gobierno ha optado por el avión de las Fuerzas Armadas españolas, más contaminante.

Desde la oposición se ha criticado a Sánchez que todavía no haya pisado Barbate. El presidente del PP, Alberto Núñez Feijóo, que sí viajó hasta la localidad gaditana el lunes y se reunió allí con sindicatos y asociaciones de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado, criticó al inquilino de la Moncloa por «ir a un festival» en la «noche del luto» por la muerte de los agentes.

Pedro Sánchez no ha estado todavía en Barbate, ni asistió a las capillas ardientes y los funerales que hubo en Cádiz y Pamplona por los dos guardias civiles asesinados.

En su visita de este miércoles a Torrevieja y tras usar el contaminante Falcon, Sánchez ha señalado que Gobierno da la «máxima prioridad» a las políticas contra el cambio climático y a uno de sus efectos más adversos, en este caso, la sequía, y ha prometido -como acostumbra con anuncios que luego no se materializan- una «inversión histórica» de unos 5.000 millones entre 2022 y 2027 para la modernización de los regadíos.

A pie de esta planta desalinizadora, cuya producción el Gobierno quiere aumentar en un 50%, el jefe del Gobierno de PSOE-Sumar  ha señalado que este dinero beneficiará a 27.000 hectáreas de unos 20.000 agricultores.

«Lamentablemente ya no se trata de conjurar una amenaza incierta, más o menos probable, sino de adaptarnos a los efectos de algo que ya está aquí, entre nosotros, en las ciudades y en nuestro campo, y que es el cambio climático», ha declarado Sánchez.

«No como solución única»

Por su parte, el PP de Murcia ha asegurado este miércoles que la desalación «no debe ser la moneda de cambio ante la ausencia de una política de agua con visión de Estado», según informaron fuentes del partido en un comunicado recogido por Ep.

«No negamos el agua desalada, que tiene que ocupar su lugar como una más de las fuentes que nos abastecen, siempre y cuando su uso sea viable y racional, desde el punto de vista técnico y económico, pero no como solución única», manifestaron los populares de Fernando López Miras, presidente de Murcia.

Cabe recordar que ya en febrero de 2021, cuando Sánchez participó en la inauguración del AVE a Elche y Orihuela, el jefe del Gobierno central se desplazó en el Falcon hasta la provincia de Alicante y sólo realizó en tren el último tramo del trayecto.

En aquella inauguración, el líder socialista se congratuló por la puesta en marcha de un tramo que «forma parte del corredor mediterráneo». «Se materializa uno de los grandes deseos de la Comunidad Valenciana y una de las grandes prioridades del Gobierno de España. La inauguración de este tramo implica una mayor conexión, una mayor accesibilidad y una mayor flexibilización del tiempo», recalcó.

En la misma línea, el entonces alcalde de Elche, el socialista Carlos González Serna, presumió en presencia del propio Sánchez de que la llegada del tren de alta velocidad significaba para la zona «modernidad, sostenibilidad y mejorar conectividad».

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