IMPUESTAZO

Sánchez planea un nuevo impuesto a las grandes empresas por beneficiarse “del mercado único europeo”

Impuestos grandes empresas
El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez. (Foto: Europa Press)
Carlos Cuesta

Pedro Sánchez prepara una eliminación masiva de deducciones en el IRPF y del impuesto de Sociedades. Lo hace mientras ultima otro sablazo fiscal a las empresas, con la exigencia de un tipo mínimo en Sociedades del 15%. Prepara todo ello justo cuando las eléctricas se acaban de defender de un atraco fiscal frontal contra sus beneficios, con amenaza de vía judicial incluida. Pero, por lo visto, a Sánchez le parece poco y ya estudia otro impuesto más para las creadoras de empleo: uno que castigue a las grandes empresas por beneficiarse del “mercado único”.

El planteamiento fiscal del PSOE no deja un hueco sin impuestos. Hasta tal punto que el último invento de la factoría socialista pasa por gravar y castigar el acceso al mercado global: el PSOE prepara, de este modo, un nuevo impuesto porque, según los equipos de Pedro Sánchez, el mercado global no debe ser gratis. Según sus tesis, hay que pagar otro impuesto más por haber osado exportar y tener presencia internacional.

España habrá pasado, a partir de ese momento y si el PSOE materializa su invento tributario, de haber sido un país que incentivaba el acceso a la exportación y los mercados internacionales con deducciones fiscales, a ser un país que castiga a las empresas con vocación global.

Según sus tesis, hay que pagar otro impuesto más por haber osado exportar y tener presencia internacional

Todo aparece en el documento base que han elaborado los socialistas y donde se recogen las líneas de su política tributaria: “Los y las socialistas reafirmamos nuestro compromiso para fijar un tipo efectivo mínimo en el impuesto sobre sociedades, que debería venir aparejado también de una notable simplificación de los incentivos fiscales, en el marco de los acuerdos internacionales que ahora mismo están en debate”, señala ese documento. Pero, “a su vez, en el marco de la Unión Europea, y con la creación de nuevos recursos propios comunitarios, apostamos por la fijación de una tasa común para las grandes corporaciones que rentabilizan el mercado único para contribuir a la financiación del presupuesto comunitario”.

Traducido: un nuevo impuesto empresarial que castiga a las compañías por haber salido de su ciudad o país con la intención de exportar. Y todo ello, cuando esa exportación, junto con el rescate europeo, fue lo que sacó a España de la crisis generada bajo mandato de otro socialista, José Luis Rodríguez Zapatero.

Sablazo eliminando deducciones

“Esta reforma de la tributación de las empresas resulta central para una revisión profunda del conjunto del modelo”, añade el documento.
Según los socialistas, “en lo relativo al sistema tributario español, resulta necesario hacer algunas consideraciones iniciales. Por una parte, nuestro modelo fiscal es muy ligeramente progresivo, casi proporcional en términos redistributivos. Por otra, la recaudación global de ingresos públicos sigue muy debajo del promedio de la Unión Europea. Disponemos de un sistema cuya estructura es similar al de nuestros socios europeos, pero recaudamos sustancialmente menos ante la abundante presencia de distintos tipos de deducciones, bonificaciones, exenciones, regímenes especiales y toda clase de excepciones en el impuesto de sociedades, en el impuesto sobre la renta o el IVA”.

Por lo tanto, el nuevo sablazo fiscal vendrá de la eliminación de esas deducciones porque, según su versión, «no sólo reducen la progresividad, sino también la capacidad recaudatoria, lo que se une a que los esfuerzos en la lucha contra la evasión y la elusión impositiva no han dado todavía sus frutos”.

“Así pues, los y las socialistas apostamos por avanzar en una recaudación tributaria equivalente al promedio de la Unión Europea, profundizar en un modelo progresivo y centrar esfuerzos adicionales en la lucha contra el fraude. Todo ello debería conducir a mejorar la suficiencia financiera del sector público, mejorar la justicia fiscal y, permitiría hacerlo sin elevar la carga fiscal sobre las clases medias y los hogares más humildes”, destaca el documento.

Lo que no cuenta ese informe es que España debería alcanzar esa media europea con el doble de paro de la UE, es decir, con el doble de personas que no aportan en la misma medida que los demás, por lo que el resto deberían hacer un esfuerzo individual de pago de impuestos muy superior a la media de la UE.

Y lo que tampoco describe el documento es lo que esa equiparación a la media significaría. Que serían más de 80.000 millones de euros extra. La suma de la recaudación de todos los tributos y las cotizaciones sociales en España, en porcentaje del PIB, es inferior en un punto a la media de la OCDE y entre 6 y 7 puntos respecto a la media de la Unión Europea. Traducido: igualar la recaudación en porcentaje del PIB a los países de la UE supondría subir los impuestos en unos 84.000 millones de euros. La recaudación fiscal en 2020 por un impuesto como el IVA fue de 63.337 millones de euros, con lo que, la subida potencial que quiere el PSOE superaría con creces el hecho de cobrar un segundo IVA nuevo y entero.

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