Sánchez ningunea a Belarra: desde hace semanas sólo habla con Díaz para dividir a Podemos

Ione Belarra, líder de uno de los dos partidos de la coalición, se entera de la mayoría de decisiones más tarde que la mayoría de compañeros

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Belarra amenazó a Sánchez con dimitir si enviaba armas a Ucrania

Pedro Sánchez y Ione Belarra.
Pedro Sánchez y Ione Belarra.
Joan Guirado

La única interlocución que hay entre el PSOE y Podemos es en el ámbito parlamentario. Los portavoces de ambos partidos, Héctor Gómez y Pablo Echenique, hablan. Aunque tampoco demasiado. Pero sí lo hacen algo más que los dos líderes, Pedro Sánchez y Ione Belarra, compañeros en el Gobierno. Los secretarios generales socialista y podemita hace «semanas que no se dirigen la palabra», según confirman fuentes del entorno de ambos a OKDIARIO. La vía de diálogo que mantiene abierta Sánchez con Unidas Podemos es a través de Yolanda Díaz y esta -que mantiene muy mala relación con las ministras de Podemos- es la responsable de trasladarles las cosas. Aunque lo hace, según fuentes moradas, «de aquella manera». Y muchas veces, convirtiendo a la líder morada en la última en saber las cosas dentro del gabinete.

El objetivo de Sánchez, con este aislamiento a las dirigentes de Podemos, no es otro que ahondar en la mala relación que tienen los representantes de Unidas Podemos en el Gobierno para dividir aún más este espacio político. Algo que en cierta manera beneficia sus intereses electorales y los de un eventual nuevo proyecto liderado por Díaz, con mejor valoración que Belarra e Irene Montero en las encuestas, de cara a las necesarias alianzas que se tendrán que alcanzar tras las próximas elecciones generales previstas para finales del año que viene.

Pero es tal la tensión que se vive en el espacio político podemita que a menudo, cuando hay sobre la mesa leyes importantes o decisiones de gran calado, el ministro de turno tiene que descolgar el teléfono para informar de primera mano a Belarra y así evitar una nueva crisis pública y amplificada en los medios. Es lo que ocurrió, por ejemplo, este martes por la noche cuando Sánchez y Díaz pactaron que España sí enviaría armas finalmente a Ucrania -algo que ha apoyado la ministra de Trabajo-. Y pese a que la vicepresidenta transmitió el mensaje, que encendió a sus compañeras, José Manuel Albares tuvo que llamar a la secretaria general de Podemos para informarle detalladamente y evitar que antes del anuncio por parte de Sánchez filtrasen la información creando un nuevo problema al Ejecutivo.

Diferencias con Iglesias

La actitud que tiene Pedro Sánchez con Ione Belarra, como líderes de las dos formaciones que dirigen el Gobierno, contrasta con la que el presidente tenía con su antecesor Pablo Iglesias. Ambos se reunían de forma periódica, a veces en privado y otras en público, y se reservaban las grandes conversaciones cuando tenían que resolver los conflictos que se desencadenaban en el seno de la coalición. Además, Sánchez e Iglesias también charlaban bastante bien por teléfono o a través de mensajes. Todo eso, con Belarra ha desaparecido. Desde hace semanas el líder socialista y la líder de Podemos no se hablan. El diálogo entre los dos socios es inexistente, si tenemos en cuenta que Yolanda Díaz no representa los mismos intereses de Ione Belarra.

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