PRESUPUESTOS

Sánchez eliminará deducciones del Impuesto de la Renta para los sueldos medios y altos

IRPF
El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, quiere subir los impuestos.
Carlos Cuesta

Pedro Sánchez acaba de presentar los Presupuestos con mayor gasto de la historia española y un documento del PSOE desvela el plan fiscal con el que se pretende pagar el derroche del Gobierno; ese informe recoge, entre otras cosas, el aviso de una reforma del impuesto sobre la Renta (IRPF) para elevar el pago de las rentas medias y altas eliminando deducciones. Una reforma que, “con el objetivo de elevar la recaudación y la progresividad”, pretende barrer el actual mapa de deducciones, exenciones y bonificaciones para castigar a los contribuyentes que, por su nivel de sueldo, pueden aplicarlas en su totalidad. Y eso ocurre, no sólo con las rentas altas, sino también y de forma plena con las rentas medias.

El documento del PSOE recoge las “líneas de reforma del sistema tributario español”. Y allí se señala que “en lo relativo al sistema tributario español, resulta necesario hacer algunas consideraciones iniciales. Por una parte, nuestro modelo fiscal es muy ligeramente progresivo, casi proporcional en términos redistributivos. Por otra, la recaudación global de ingresos públicos sigue muy debajo del promedio de la Unión Europea. Disponemos de un sistema cuya estructura es similar al de nuestros socios europeos, pero recaudamos sustancialmente menos ante la abundante presencia de distintos tipos de deducciones, bonificaciones, exenciones, regímenes especiales y toda clase de excepciones”, entre otros, “en el impuesto sobre la renta”.

El veredicto de los socialistas después de esta particular descripción es rotundo: “Estos instrumentos no sólo reducen la progresividad, sino también la capacidad recaudatoria, lo que se une a que los esfuerzos en la lucha contra la evasión y la elusión impositiva no han dado todavía sus frutos”.

Traducido: Sánchez condena a muerte a la mayoría de las deducciones.
Los objetivos de los socialistas para abordar una reforma fiscal que debe tocar también al impuesto de sociedades no son ocultos: “Con el objetivo de elevar la recaudación y la progresividad”. Y, en el caso del impuesto sobre la renta, en concreto, para solventar lo que denominan como “problemas de progresividad”.

Eliminar las deducciones

La receta, efectivamente, se centra en eliminar la mayor parte de las deducciones: “Por una parte, de nuevo los incentivos fiscales en este impuesto, a los que pueden acceder con mayor facilidad las rentas más elevadas, minan sustancialmente su progresividad. Además, una parte sustancial de la ciudadanía ni siquiera alcanzan el mínimo de renta para la presentación formal de la declaración de la renta, dejándolos directamente fuera de este tipo de incentivos”.

Esa descripción condena a un nuevo sablazo fiscal a las rentas medias y altas. Porque la obligación de declarar la tienen todos los contribuyentes que ingresan más de 22.000 euros al año procedentes de un único pagador o 14.000 euros procedentes de varios pagadores. El PSOE da más claves de su reforma en su documento sobre las líneas de reforma tributaria. “Esta realidad debe conducir también al desarrollo de un debate público sobre la posibilidad de introducir impuestos negativos sobre la renta en coherencia con las distintas prestaciones sociales, especialmente el Ingreso Mínimo Vital”.

Por otra parte, “la tributación dual de las rentas sobre el trabajo y las rentas sobre el capital, con una definición de tramos y tipos en el segundo caso mucho menos ambiciosa, reducen a su vez la progresividad del impuesto, en la medida en que este tipo de rentas, con una tributación más favorable, se concentran de nuevo en aquellos contribuyentes con rendimientos del trabajo más elevados, que además se benefician en mayor medida de los sistemas de diferimiento de la tributación”. Porque, según el PSOE, hay que bombardear fiscalmente el ahorro porque el actual “modelo reduce la progresividad del impuesto que debemos revisar a la vez que justifica como complemento un impuesto de patrimonio moderno, que eleva la equidad del sistema”.

En tercer lugar, los socialistas quieren transformar “la tributación sobre la riqueza acometiendo un proceso de armonización. Esto debe abordarse conjuntamente con la revisión del tratamiento de las rentas del capital en el impuesto sobre la renta para asegurar la adecuada tributación de los contribuyentes con mayores rentas y grandes patrimonios, sin aumentar la carga de las rentas medias y mejorar la justicia fiscal. Por último, y en el marco de la transición verde, “el sistema fiscal debe jugar un papel central en la orientación de nuestras decisiones de inversión, ahorro y consumo”, explica el documento de los socialistas.

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