El Rey alerta de la «desigualdad laboral» entre hombre y mujer y ensalza a Policía y Guardia Civil
En su intervención, el monarca no ha ocultado su inquietud por los grandes retos y problemas compartidos. Entre ellos, la desigualdad laboral entre hombres y mujeres
Un año más, el Rey ha plasmado su sensibilidad social en su tradicional mensaje de Navidad. En su intervención, el monarca no ha ocultado su inquietud por los grandes retos y problemas compartidos. Entre ellos, la desigualdad laboral entre hombres y mujeres.
Tras mostrar su cariño con los afectados por las inundaciones y riadas, Don Felipe ha destacado que «el mundo no vive tiempos fáciles».
«Quizás nunca lo sean del todo; pero los actuales son, sin duda, tiempos de mucha incertidumbre, de cambios profundos y acelerados en muchos ámbitos que provocan en la sociedad preocupación e inquietud, tanto dentro como fuera de nuestro país», ha avisado.
En este contexto, el monarca ha enumerado las inquietudes que se presentan como retos inmediatos. La nueva era tecnológica y digital, el rumbo de la Unión Europea, los movimientos migratorios, la desigualdad laboral entre hombres y mujeres o la manera de afrontar el cambio climático y la sostenibilidad, entre otras. «Son cuestiones, en fin, que están muy presentes y condicionan ya de manera inequívoca nuestras vidas», ha resuelto.
Como es habitual, también, el monarca se ha detenido especialmente en la precariedad laboral y la fragilidad de la economía. Sobre todo, en la falta de empleo de los jóvenes, un colectivo con el que se siente especialmente comprometido. Ellos, junto a las familias «que sufren una mayor vulnerabilidad siguen siendo la principal preocupación en nuestro país».
No ha querido olvidarse Don Felipe de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado. En un mensaje indirecto, el monarca ha celebrado que el Estado Social y Democrático de Derecho que es nuestro país asegura «nuestra convivencia en libertad» y «ha convertido a España en un país moderno, con prestaciones sociales y servicios públicos esenciales como en educación y en sanidad; que está equipado con una gran red de infraestructuras de comunicaciones y transportes de vanguardia, y garantiza como pocos la seguridad de los ciudadanos». Una referencia al colectivo que, en los últimos tiempos, ha tenido que afrontar desafíos como el independentismo radical.
El grueso del discurso ha transcurrido no obstante, y como era previsible, en torno a la situación política. Frente a la total incertidumbre y el enfrentamiento partidista, y en plena negociación por la investidura, Don Felipe ha enviado un mensaje rotundo en defensa de la Constitución.
En este contexto, el Rey se ha mostrado «muy orgulloso» de la «solidez» del Estado, «no por una autoestima mal entendida, sino porque es una realidad contrastada que debemos poner en valor». Pero, más allá de esa defensa, ha alertado también de los riesgos de «caer en los extremos», en «una autocomplacencia que silencie nuestras carencias o errores» o en una «autocrítica destructiva».
«Todo cuanto hemos logrado no se ha generado de manera espontánea», ha resuelto el monarca. «Es el resultado, en última instancia, de que millones de españoles, gracias a nuestra Constitución, hemos compartido a lo largo de los años unos mismos valores sobre los que fundamentar nuestra convivencia, nuestros grandes proyectos comunes, nuestros sentimientos e ideas», ha celebrado.