Puigdemont pide más competencias porque quiere «situar a Cataluña a las puertas del Estado propio»

Puigdemont-Cataluña
Carles Puigdemont durante su discurso (Foto: Efe).

El presidente de la Generalitat, Carles Puigdemont, cumple 100 días al frente del Gobierno de Cataluña pidiendo al Gobierno más competencias porque quiere «situar a Cataluña a las puertas de un Estado propio». A tan solo 24 horas de reunirse con el presidente del Gobierno en funciones, Mariano Rajoy, el dirigente catalán pide en su primera rueda de prensa la gestión de Cercanías, según él, para «poner punto y final a su mal funcionamiento». «No nos queremos seguir quejando por su mal funcionamiento, de modo que insistimos en reclamar la gestión de Cercanías. Estamos seguros que lo podemos gestionar mejor y esto es un beneficio para los ciudadanos, no para el proceso soberanista ni para el Govern», ha explicado Puigdemont. Asimismo y entre sus exigencias, el dirigente catalán también ha reclamado el delta del Ebro diciendo que «queremos hacer una defensa inequívoca de delta del Ebro ante el plan hidrológico que quiere impulsar un Gobierno en funciones como el español».

Puigdemont ha advertido: «Nuestra hoja de ruta independentista no depende de que haya Gobierno en Madrid». Con este mensaje, el president ha valorado su gestión en estos tres meses y ha explicado los detalles de su plan de Gobierno, centrado en «revertir los recortes» no solo impuestos por el Gobierno central, según él, sino también de su antecesor, Artur Mas, y situar a Cataluña «a las puertas» del Estado propio, plan que explicará a Rajoy este miércoles en La Moncloa. «Les avanzo que trataremos cuatro grandes temas: plantearemos nuestro propósito sobre las relaciones entre Catalunya y España; todo lo que tiene que ver con los derechos básicos, pasando de la pobreza energética a los refugiados; los incumplimientos del Estado que ya adelantó Mas con su famoso documento de 23 demandas y la judicialización de la política, que a nuestro modo de ver es un error», ha explicado Puigdemont. «Espero comprensión ante la demanda ciudadana transversal que hay en Cataluña. Debe ser consciente que no es la demanda de un partido», ha dicho el catalán.

Hacienda propia y banco público

Para lograr su hoja de ruta separatista el president convertirá el Institut Català de Finances en un banco público catalán e impulsará una Hacienda propia impulsada por la creación de «un sistema informático» que permita a Cataluña «ser autosuficiente» para así «articular todo el país». «Queremos dotarnos de un sistema informático que nos permita ser autosuficientes en esta cuestión», respondió Puigdemont quien anunció además la creación de «una mesa catalana de defensa del corredor mediterráneo, una infraestructura absolutamente fundamental».

Presupuestos 2016

Más allá del proceso soberanista, el principal reto inmediato de Puigdemont es tratar de aprobar los Presupuestos de 2016. La CUP ya avisado de que su apoyo a las cuentas no está garantizado, por lo que el dirigente ya ha tenido que sondear a otros grupos como PSC y a Podemos en Cataluña. Sin embargo, para el dirigente catalán todo es un camino de rosas explicando que «hay diálogo y buena predisposición entre los grupos parlamentarios, me consta que la CUP se ha mostrado dispuesta a hablar y trabajar. Soy de los que creo que tendremos presupuesto», reiteró. «El pacto con la CUP funciona. Claro que lo hemos de trabajar porque no es, ni nunca ha pretendido ser, un cheque en blanco. Los presupuestos son la gasolina para que la hoja de ruta tire adelante rápido o al ralentí», zanjó.

Otro tema encallado es el del macrocomplejo de ocio BCN World: Puigdemont apuesta por una consulta en la zona de Tarragona para que sus habitantes decidan si avalan el proyecto, mientras que el vicepresidente, Oriol Junqueras, pide preguntar a todos los catalanes. «Nuestro compromiso era revisar e impulsar, y es lo que estamos haciendo. Creo que estamos yendo en la buena dirección. Estoy convencido que se hará y se hará bien, con consenso y acuerdo. Si hace falta una consulta, se hará, pero lo importante es el trabajo a fondo de consenso que estamos haciendo», ha respondido añadiendo que «si no es bueno para los intereses generales de Cataluña no habrá acuerdo, pero estoy convencido que habrá».

Puigdemont ha anunciado también medidas en materia de transparencia en la contratación y subvenciones públicas y ha señalado que Los Mossos d’Esquadra son «la polícia integral» de Cataluña. En este sentido, cree que deben «estar presentes en las comisiones de seguridad del Estado» para luchar, entre otras cuestiones, contra el yihadismo.

«Los 18 meses no son un mantra»

Puigdemont también ha respondido sobre el plazo de la legislatura diciendo que «si hay prórroga no serán dos años más. Sería una cuestión de un par de meses si se deben acabar de implementar algunas de las medidas que contempla este plan de Gobierno y estoy convencido que la CUP lo entendería. Más que nada lo que debemos ser conscientes es que los 18 meses no son un mantra», ha insistido. «Si nosotros queremos ayudar a las personas con las herramientas de la autonomía no podemos. El proceso es esto, buscar mejores herramientas para las ciudadanos», zanjó.

Puigdemont no solo tiene el ‘fuego económico por apagar’ sino también el político. El malestar de Convergència con la CUP por negarse a investir a Artur Mas sigue latente. La CUP quiere probar en todo momento la implicación independentista del Govern y dichas demostraciones no gustan en CDC. Mas se encarga de dirigir ese barco más próximo ahora al soberanismo que al independentismo. La tan ansiada «desconexión y desobediencia» se retrasa. Ahora el president dice que los 18 meses no son un mantra y que igual hay que esperar más. Tiene claro que lo que aclama ahora parte de la ciudadanía es el derecho a decidir y no una desconexión inminente. Ante este escenario parece que llegar a los cien días ha sido toda una odisea.

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