El PP busca fórmulas de democracia interna pero sin primarias

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Comité de dirección del PP, presidido por Mariano Rajoy. (Foto: EFE)
Luz Sela
  • Luz Sela
  • Periodista política. En OKDIARIO desde 2016. Cubriendo la información del Congreso de los Diputados. Licenciada en Periodismo por la Universidad de Santiago de Compostela. Antes, en COPE, ABC Punto Radio y Libertad Digital.

El Partido Popular abordará en el Congreso de febrero una modificación de sus estatutos para aumentar la participación interna aunque, en cualquier caso, esa fórmula no pasará por la celebración de primarias. 

El PP es el único partido en el que no rige ese método de designación de su líder o candidato. Y, al mismo tiempo, es el ejemplo de otras formaciones-véase las polémicas primarias de Podemos o la propia elección del exsecretario general del PSOE, Pedro Sánchez- lo que sirve a la dirección popular como pretexto para evitar esa fórmula.

La idea de «no copiar lo que otros hacen mal», en la que suelen insistir los vicesecretarios Casado o Martínez Maíllo, no implica, en cambio, que el partido no sea consciente de la necesidad de reformular sus reglamentos para adaptarlos a las nuevas circunstancias políticas. Esto es, a las mayores exigencias de transparencia y democracia interna que ha provocado la irrupción de partidos como Podemos y Ciudadanos.

En ese escenario, fuentes del PP avanzan «sorpresas» en el texto de la ponencia política y de Estatutos, a la que da forma el vicesecretario de Organización, Fernando Martínez Maíllo.

Esas «sorpresas» vendrían, por ejemplo, de nuevos mecanismos de participación que afectarían a la elección de los compromisarios. 

Para entenderlo: el sistema de elección del presidente del PP es de tipo representativo, es decir, no corresponde a la votación directa de la militancia, sino de esa figura «intermedia».  En el congreso de febrero habrá 3.128, de los cuales 513 son natos- los miembros del partido con algún cargo- y 2.565 electos.

Es este segundo tipo el que admite alguna posibilidad de ‘maniobra’ para mejorar la participación. Los compromisarios electos representan a comunidades, provincias, municipios y ciudades, en función del número de afiliados y de los resultados electorales. Aunque en teoría, cualquiera puede optar a ser compromisario, la realidad es que estos vienen pre-elegidos por la Ejecutiva correspondiente, de entre sus cargos y miembros de confianza. De hecho, la propia redacción de los Estatutos pone ya límites a la democracia interna:  “La elección de compromisarios se efectuará mediante lista abierta tomando como circunscripción la de distrito, local, comarcal, insular o provincial según determine en cada caso la Junta Directiva convocante”.

Los populares no descartan además incluir una fórmula de órganos colegiados en las que los militantes puedan ratificar determinadas decisiones de partido.

Se apaga el clamor de las primarias

La petición de primarias, que no hace tanto era un clamor, se ha ido desinflando de un tiempo a esta parte. El propio presidente del Gobierno recela de este mecanismo de elección que, sin embargo, ya fue explorado en algunas regiones, como en la elección de José Ramón Bauzá como presidente del PP balear.

En la Conferencia Política de julio de 2015, el presidente del PP andaluz, Juanma Moreno, presentó una propuesta sobre regeneración en la que se incluía la elección directa de los candidatos, es decir, las primarias.  Y el vicesecretario de Sectorial del PP, Javier Maroto, se ha mostrado en más de una ocasión abierto a implantar el sistema y a que el presidente del partido se decida «con los máximos niveles de participación posible».

No obstante, en el PP se escudan en que su vida interna es lo bastante democrática en tanto para disputar el liderazgo a Mariano Rajoy bastaría con que un candidato presentase cien avales. Alegan, además, que el sistema de elección representativa, por medio de «circunscripciones», es lo que rige la propia elección parlamentaria.

El debate sobre las primarias en el PP alcanzó su máximo auge después de que Ciudadanos se lo exigiese a Cristina Cifuentes como una de las condiciones para sostener su investidura en la Comunidad de Madrid. Los de Rivera descartaron exigírselo después a Rajoy, en vistas del rechazo total del presidente del Gobierno.

Así, el pre-acuerdo de investidura-las seis exigencias a Rajoy para abordar cualquier negociación-no las incluyeron. Aunque sí otras medidas, como la limitación de mandatos a ocho años, que sí habrán de recoger los nuevos Estatutos del PP.

 

 

 

 

 

 

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