Crisis del coronavirus

Sánchez oculta un brote de Covid en el centro que protege de ciberataques las infraestructuras críticas

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Carlos Cuesta

El avance y descontrol de los brotes de Covid-19 ha llegado a los servicios de inteligencia. En concreto a un organismo menos conocido que el CNI pero que conforma igualmente el eje de protección de España en materia de inteligencia: el Centro de Protección de Infraestructuras Críticas (CNPIC). Allí se ha detectado un foco de contagio que el Gobierno de Pedro Sánchez mantiene bajo secreto, pero que ha supuesto ya el envío a casa de los cerca de 50 trabajadores del CNPIC durante el pasado fin de semana. Los jefes de sección, de hecho, ya han avisado a los funcionarios de que pasan a régimen de teletrabajo.

Los empleados públicos de este organismo, clave en la lucha contra los ataques cibernéticos a objetivos españoles –policías y guardias civiles–llevaban reclamando ese mismo teletrabajo desde hacía meses, al igual que lo han hecho compañeros suyos del mismo edificio, como los correspondientes a la SGSICS (Subdirección General de Sistemas de Información y Comunicaciones para la Seguridad).

Pero, sea como sea, el director del CNPIC –el teniente coronel Fernando Sánchez Gómez– no ha permitido este paso al teletrabajo hasta que se ha encontrado con el brote. Un contagio masivo que, además, se ha tramitado como secreto: se ha prohibido dar datos a los funcionarios sobre los contagios del propio centro. De ese modo, los funcionarios desconocen si han estado en contacto con los infectados.

«Contra la desinformación»

El Centro Nacional de Protección de Infraestructuras y Ciberseguridad (CNPIC) es un organismo creado en el año 2007 en el seno de la Secretaría de Estado de Seguridad. Su objetivo principal es clave para coordinar la protección de todo un catálogo de infraestructuras críticas y para establecer esa defensa entre la Policía Nacional y Guardia Civil.

Pese a ello, en plena pandemia, el CNPIC saltó a la fama por otro motivo. Y es que Pedro Sánchez no dudó en recabar su ayuda para elaborar sus informes contra la supuesta desinformación generada en torno al coronavirus.

El presidente dio orden de usar sus servicios para aplicar su particular visión de lo que él decía que era proteger “la estabilidad institucional”. De hecho, los informes recabaron informaciones que, tal y como afirmó el general Santiago de la Guardia Civil al inicio de la crisis del coronavirus, podían afectar a la generación de un estrés social y crítica frente a la gestión del coronavirus por el Gobierno.

El CNPIC gestiona, efectivamente, la protección frente a los ataques cibernéticos. Pero, de nuevo de forma bastante evidente, es complicado calificar a la Prensa como atacante cibernético, a menos que el Gobierno que dio la orden esté empeñado en considerar así las “noticias negativas, noticias falsas en definitiva”, tal y como afirmó la ministra Isabel Celaá por aquellas fechas.

La propia web del CNPIC destaca que el primer objetivo marcado para el organismo -la creación de un catálogo de infraestructuras conjunto para Policía Nacional y Guardia Civil-, “se amplió posteriormente, ya que si el fin último era mejorar significativamente el nivel de seguridad, se necesitaba de la colaboración de múltiples actores, sobre todo, de aquellos que gestionan las infraestructuras y proporcionar los servicios esenciales para la sociedad”. Y uno de esos servicios es la información. Motivo por el que Moncloa se ha encargado de extender sus manos y tirar de los servicios de este organismo.

Secretismo

Éste es el organismo donde se encuentra ahora un foco de contagio. Un foco sobre el que se ha implantado el secretismo oficial y que amenaza a un organismo clave en la defensa nacional.

El CNPIC es un organismo dependiente del Gabinete de Coordinación y Estudios (GCE) de la Secretaría de Estado de Seguridad integrado por unos 50 funcionarios de la Guardia Civil y de la Policía Nacional. Existe un Servicio de Ciberseguridad, que es donde se incardina la Oficina de Coordinación Cibernática (OCC). Desde su creación, el director del CNPIC es el teniente coronel Fernando José Sánchez Gómez. Y, concretamente, en el seno de la OCC se vienen desarrollando desde hace tiempo diversas actividades de monitorización de redes sociales tales como Twitter o Facebook. Todo un escenario de control y protección frente a los ataques cibernéticos que el presidente Sánchez ha decidido ya usar de forma un tanto peculiar contra la prensa.

Y un organismo que ahora registra un foco de contagio de coronavirus que mantiene secreto y en el que ni siquiera sus empleados conocen con certeza el avance de la enfermedad ante el ocultismo implantado de forma oficial. Y todo ello, aunque ese protocolo de eliminación de la transparencia parezca desafiar las consignas generales del propio Gobierno de Pedro Sánchez y Pablo Iglesias contra el coronavirus.

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